CNCO «Encarcelados»||Terminada

Capítulo 25.

Narra Cloe.

Estaba sentada en el coche policial con mis manos esposadas, a mi izquierda se encontraba Chris que iba en el mismo coche que yo, las lágrimas salían de mis ojos de una manera silenciosa, minutos antes nos habíamos entregado pacíficamente saliendo de el hotel, Zabdiel iba en un coche junto a Erick y Joel en otro junto a Richard.

No sabíamos nada de lo que nos esperaba, a mi me quedaba enfrentarme a mis padres, no me quería imaginar lo que harían y me daba miedo lo que pensarían mis amigos si se enteraban.

A mi me caería condena por el asesinato de un policía y a los chicos por encerrar violar y maltratar a 10 chicas, en principio, antes de que se demostrara que eran los autores del resto de asesinatos.

Pasaban las horas y empezó a amanecer, no sabíamos a que cárcel nos dirigíamos ni cuánto quedaba para llegar, miraba de vez en cuando a Christopher que tenía la mirada perdida, yo lo observé ahora por unos largos segundos, él dirigió su mirada hacia mí y me dedicó una pequeña sonrisa de lado para transmitirme confianza, yo me arrime a su pecho explotando en llanto y noté como colocó su barbilla sobre mi cabeza.

(.....)

Llevábamos todo el día en los coches policiales, con manos esposadas y sin beber ni comer nada, nos estábamos cansando y tenía ganas de estar con el resto de chicos.

Era ya por la tarde y no habíamos comido cuando empezamos a alejarnos un poco de la civilización sabiendo que nos acercábamos a la cárcel.

En cuestión de minutos divisamos el enorme edificio, di una mirada cómplice a Chris y el asintió indicando que estaba preparado.

Nos acercamos al edificio, era inmenso, unos guardias en la puerta de rejas dejaron pasar a los coches hasta acercarnos a la puerta principal.

Fuimos a una especie de aparcamiento dónde los policías nos bajaron de una manera brusca, me estire un poco al salir del coche y me juntaron con los chicos a los que observé por algunos segundos y miraban seriamente la cárcel.

Nos llevaron a empujones hasta la puerta de metal, al entrar pasamos por una sala con mesas y había algunas personas vestidas normales hablando con presos y un montón de guardias, ahí seguro eran las visitas.

Pasamos otra puerta llegando a una enorme habitación, en esta había una especie de recepción donde atendía una chica y detrás suya había una sala dónde se podían ver pasillos largos de estanterías con papeles de información.

Los policías que nos llevaban nos dejaron en una celda grande, allí dejaban a los recién llegados hasta que supieran lo que hacer con ellos, al entrar nos encontramos con un chico sentado que tenía cara de loco para ser honesta y estaba esposado también.

Nos sentamos un poco alejados de aquel chico y nos mantuvimos en silencio hasta que nos dijeran algo.

—Podéis ponerse cómodos, hasta que os den una celda pueden pasar horas—dijo el chico y nosotros levantamos la mirada viéndolo—yo me llamo Alan, encantado—dijo sonriendo de una manera un tanto escalofriante.

Miré a los chicos y estos pusieron una cara de extrañados ,volvimos a mirar a aquel extraño chico a ver si nos seguía contando cosas.

—Esta prisión es muy segura, es casi imposible salir de aquí, pero dentro ocurre de todo, no les importa lo que ocurra dentro, mientras no salga nadie para ellos está bien, violaciones, maltratos, trapicheos incluso asesinatos—dijo el chico haciéndome que se me erizara la piel—si no queréis que os pase nada, ser vosotros lo que hagáis cosas, proteger vuestros culos—hizo una leve pausa —todos—añadió mirando a los chicos.

No sabía en que clase de sitio me había metido, el chico tenía pinta de loco pero para nada tenía pinta de estar mintiendo.

—Ahora en unas horas os asignarán una celda, podéis solicitar cambio de compañero pero no es seguro que te lo concedan, el resto de normas las explicaran después ,allí tienen la información de todos los presos—dijo señalando con la mirada el pasillo que habíamos visto antes de entrar en esta celda.

—podéis pegar, violar incluso matar, no investigan, pero ser un poco discretos, si os ven u os pillan os llevan a la sala negra, así la llamamos aquí.

—¿Y que es la sala negra?—preguntó un poco indeciso Richard.

—Una sala negra—.

—Gracias por la información—le interrumpió irónico Zabdiel.

—Dejame terminar—contesto borde Alan—allí os harán cosas.....cosas malas....

Sin duda aquel chico tenía algún problema en la cabeza, pero parecía simpático.

—¿Y tú porqué estás en esta sala si ya has estado dentro? ¿y como es que sabes tanto? —preguntó Erick curioso.

—Porqué yo estaba dentro pero estuve apunto de escapar y ahora me han metido aquí porqué me van a dar una nueva celda, el resto lo sé porqué lo he visto con mis propios ojos, y aviso que no es agradable.

Un policía dio un fuerte golpe en las rejas haciéndonos prestarle atención.

—Alan Matheus, ven conmigo—dijo abriéndole la puerta.

—Suerte, nos vemos luego–fue lo único que dijo Alan antes de salir, dejándonos a todos un poco confundidos.

Estrellita y comenten que les parece la historia⭐💬