Capitulo 32

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Días después.

Adele

Prácticamente estaba viviendo en este hospital, solo salía por las noches a ver como estaban mis hijos y regresaba a ver como seguía mi hija. Estoy agotada, lo reconozco, a cada momento me duele la cabeza, mis ojos pesan pero tengo que estar aquí, no decaer y ser fuerte.

Son las dos de la mañana, falta muy poco para las tres de la mañana. Estaba dormida sobre el espacio vacío de la camilla de Alison. Por lo menos estaba en una habitación mejor. Me levanté para tomar un poco de agua y volví a mi silla para intentar dormir. Pero algo llamó mi atención cuando vi a Alison, tallé mis ojos y la volví a ver.

—Oh por dios...—susurré levantándome rápidamente buscando el encendedor. Toqué la pared sin dejar de verla hasta que se encendió la luz y pude ver con claridad. —¡Oh por dios! ¡Alison! —me acerqué rápidamente a ella tomando su mano. —Estás... estás llorando...

—¿Pasó algo? —el médico de guardia entró. —Sus gritos se escuchan hasta allá afuera.

—Lo siento... ¿Desperté a alguien? —pregunté avergonzada. —Esque está llorando ¡¿Puede creerlo?!

—Permítame...—me hice a un lado sin soltar su mano y él empezó a examinar sus ojos, sus pulsaciones. —Es... una señal, al parecer todo marcha bien. Puede estar recordando.

—¿En serio? —pregunté llena de felicidad. —Eso es bueno y...¿Qué significa? ¿Pronto va a despertar?

—Lo más probable, sus sentidos están despertando.

Esbocé una sonrisa de felicidad, no podía con la alegría que sentía en mi pecho. Limpié sus lágrimas con mis besos y de inmediato le escribí a Laura contándole lo que acaba de pasar entre lágrimas. Estaba muy al pendiente de Alison y se lo agradecía al igual que a todos los que estaban al pendiente. No dormí esperando que hubiera otra reacción, pero no fue así, más sin embargo con esta me conformaba.

En la mañana para mi sorpresa Angelo llegó con Brianna, le permitieron entrar así que nuevamente le agradecí a la enferma y doctores. La cara de Angelo no fue otra más que de sorpresa y tristeza.

—¿Cuánto tiempo... va a estar así? —preguntó sentándose a su lado.

—Dicen que... tres semanas. —Brianna se inclinaba a la camilla y la senté con cuidado, cuidando de que no fuera a tocar ningún tubo. Pero ella solo palmeaba su brazo, una y otra vez, luego me miró a mí tratando de encontrar respuesta.
—Mi vida... ella...—dije tratando de cómo explicarle lo que estaba pasando. —...Está dormida... muy dormida y por eso no despierta...

—Quiero jugar...—dijo bajando la cabeza sin ánimos y mi corazón se llenó aún más de tristeza.

—Ya lo sé mi bebé... pero no va a pasar hasta que no despierte...Puedes... hacerle un dibujo y dárselo cando lo haga ¿Te parece? —asintió un poco más animada. Busqué unas hojas o lápiz para que ella dibujara lo que quisiera.

—Mamá, ve a la casa y descansa un rato...

—No Angelo, yo no me voy a mover de aquí...

—Mamá —en ese momento lo vi. —Yo me quedaré hoy, pero tú necesitas descansar, comer algo, dormir, darte un baño... Llevas puesta la misma ropa con la que llegamos...

—¿Apesto? —pregunté observándome.

—No... pero, necesitas hacer todo eso. Si pasa algo yo te avisaré de inmediato...

Me quedé pensándolo un momento. Todo lo que dijo Angelo hizo que en mí se activara el sueño, hambre, y percibiera mi olor nada agradable.

—Está bien...—dije resignada. —Pero si pasa algo, lo más mínimo me llamas, tendré el celular en sonido...y...

When We Were Young (The Finale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora