Capitulo 36

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Adele

Lo hice pasar abriendo más la puerta, mis piernas temblaban a cada paso que daba. ¿En serio estaba aquí? Siento que estoy soñando.

— ¿Dónde es? —dijo deteniéndose al pie de las escaleras.

—Abajo, en la segunda habitación a la izquierda.

Le indiqué el camino y siguió. Al pasar por la cocina Angelo no dejó de verlo, había pasado mucho tiempo para que recordara quien es, sin embargo a mí nunca se me había olvidado su rostro.

—Alison —dije entrando primero, acaba de terminar su desayuno. —Acaba de llegar tu... psicólogo y...

— ¿Tan rápido? —dijo sorprendida.

—Sí, te doy un momento y... me llevo esto —dije tomando su bandeja y saliendo de la habitación para encontrarme con él. —Dentro de unos minutos, puedes pasar.

Seguí con la bandeja hasta la cocina aun en shock por lo que estaba pasando. No puede ser que después de tanto tiempo él esté de nuevo en mi vida.

—Mami...—escuché a Brianna y dejé los platos para atenderla. —Agua...

—Ya voy mi vida, espera —abrí la nevera y le serví un poco en su vaso amarillo. —Aquí tienes mi amor.

—Mamá... ¿Ese hombre es? —miré a Angelo quien se quedó callado viéndome. —¡No puede ser! ¡No puede ser!

—Angelo no grites —dije para que bajara la voz, mirando hacía el pasillo.

—Pero él es...

—Si Angelo, ya lo sé. —dije tratando de calmarme. —Pero él solo viene a ayudar a Alison.

—Y... ¿Lo de ustedes? Eso no terminó...

—No existe un ustedes, o "nosotros" eso pasó hace mucho tiempo. Mejor termina de desayunar para que te vayas a la escuela. —dije tratando de desviar el tema.

Le entregué sus bandejas de comida, algo de dinero para él día y lo llevé hasta afuera para que Peter lo llevara a sus clases. Regresé adentro con la idea de que él estaba aquí, estaba tan desconcentrada que preparando una limonada le eché sal. Maldije todo y la eché por el lavamanos preparándola de nuevo.

Iba caminando por el pasillo hacía la habitación de Alison con las limonadas cuando su puerta se abrió. Ella salía de la habitación, caminando junto con él quien la sostenía.

— ¿Ya puede hacerlo? —pregunté sorprendida y emocionada.

—Si jaja, solo... me duele mi pie, pero...lo estoy haciendo —respondió ella avanzando.

—No me hago responsable, ella insistió —dijo él. Me hice a un lado para que siguieran.
Avanzaban poco a poco, pero le costaba avanzar con su pie enyesado. Se detuvieron y ella con cuidado se sentó en uno de los cojines estirando sus piernas. Le entregué la limonada a Alison y luego a él sin verlo, quien sin decir nada aceptó. Estar cerca de él, a solo centímetros y respirar su aroma, me hacía recordar tantas cosas que jamás pensé regresarían a mi mente.

—Gracias mamá —dijo Alison sacándome de mis pensamientos.

—Ella puede usar una muleta para que pueda caminar y así sus piernas van teniendo movilidad. —dijo Dereck y yo asentí. —De hecho, tengo una en mi auto ya la traigo.

—No es...—dije pero el salió corriendo. —Necesario...

Suspiré tratando de disimular todos mis nervios y mi descontrol. La limonada que dejó sobre la mesa, me la bebí en su totalidad y fui a la cocina para llenar el vaso y colocarlo en su lugar.

When We Were Young (The Finale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora