Capitulo 3

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Adele.

Después de ir al supermercado, pasé por una tienda a comprarle las cosas a Brianna. Sus flotadores, juguetes para que pueda entretenerse, protector, bloqueador y su mini traje de baño que me dio tanta ternura. Pagué y salí de la tienda.
Angelo me esperaba en la camioneta con Brianna y al llegar les di un susto gritando a través de la ventana. Pero de inmediato me arrepentí cuando Brianna se echó a llorar.

—Ay mi amor...—abrí la puerta y la cargué. —Lo siento mi vida... perdóname... —le di un beso en su mejilla y acaricié su espalda para que se calmara. —Te compré unos juguetes para el día de la playa y tu traje de baño. —le mostré los juguetes y poco a poco se fue calmando. —Lo siento mi vida.

Dejé las bolsas en la parte de atrás y conduje de nuevo a casa. Angelo me ayudó a bajar las bolsas de la camioneta y entré con Brianna, quien apenas pisó, salió corriendo hacia el jardín. Organicé todo en su lugar y luego me di un baño para hacer la cena.
Coloqué los juguetes en la sala y a Brianna con ellos para verla desde la cocina y así saber qué hacía.
Cuando escuché la puerta, me asomé y vi a Alison entrando y subiendo a toda prisa por las escaleras. Angelo venía bajando y se quedó extrañado, luego la siguió. Regresé de nuevo y apagué la estufa. Puse la mesa y luego serví la cena.

—Angelo, Alison. Bajen a comer —dije en voz alta. Cargué a Brianna y la puse en su silla dándole su comida. Ellos, aparecieron tiempo después.

Alison se sentó sin decir una palabra, tenía el ceño fruncido y no despegaba la atención de su comida. Miré a Angelo, buscando una respuesta ante su actitud y el solo se encogió de hombros.

—Alison ¿Tienes tus cosas preparadas para el fin de semana? —negó mientras masticaba. —Y...¿Tu traje de baño?

—No tengo.

—Oh... pues, me hubieras dicho y te compraba uno. A Brianna le compré uno, al igual que Angelo.

—No. Mañana saldré a comprarlo. Gracias —se levantó de la mesa y llevó su plato a la cocina como de costumbre.

Sin decir nada más, siguió su camino hasta las habitaciones. Ahí se la pasaba las veinticuatro horas del día mientras estaba en casa.

—Está enojada, es obvio. Le pregunté que le pasaba y no me dijo absolutamente nada. —dijo Angelo.

—Luego hablaré con ella.

Terminamos de cenar y llevé a Brianna a su habitación para dormirla. Le canté en susurros y sus ojos se iban cerrando poco a poco. Le di un delicado beso y la cubrí con la sabana. Apagué la luz y salí de su habitación. Me dirigía a la de Alison para hablar con ella y preguntarle de una vez por todas que le pasaba. Pero al entrar estaba profundamente dormida, y no fingía, estaba roncando. Cerré la puerta y entendí que no era el momento de hablar, aún dormida se notaba enojada.

Narrador normal.

Alison al siguiente día despertó más perturbada que nunca. Salió más temprano de lo debido y se fue a casa de Aylin a contarle lo que había pasado. Aylin se sorprendió al escucharla y esto solo se sumó a las cosas que Alison estaba pensando en cómo resolver. Llegó a dudar de su asistencia al viaje a la playa pero Aylin la convenció de ir y se fueron a comprar el traje de baño. En toda la salida al centro comercial, Alison miraba a todos lados para saber si aquel hombre iba a aparecer de nuevo.

Adele en lo que restó de semana no pudo hablar con Alison. Siempre que despertaba, ella se había ido a casa de Aylin o de Uvanna. Solo la veía en las noches y ni siquiera hablaban. Alison todavía sospesaba las palabras de aquel hombre que decía ser su abuelo.

When We Were Young (The Finale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora