Capitulo 43

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Adele

Había pasado todo el fin de semana en casa con mis hijos haciendo comida, viendo películas, bromeando entre nosotros y descansando. Intentamos convencer a Alison de que les diera una oportunidad a sus amigos, pero no iba a dar su brazo a torcer. Angelo seguía de salida con su amigo secreto, el cual no me quería revelar su nombre, pero ya tenía la sospecha de quien era.

—Yo sé quién es, y es...—antes de que Alison pudiera hablar, Angelo se le fue encima cubriéndole la boca y los dos cayeron al piso. —¡Angelo! Jajaja, bájate.

—No digas nada.

—¿Por qué, eh? No hay nada de malo —dije, y los dos se levantaron.

—Esque... me da un poco de vergüenza —dijo con las mejillas completamente rosadas, golpeé el espacio vacío a mi lado y se sentó.

—No tiene por qué darte vergüenza, es algo normal.

—No es normal, lo normal fuera que me gustara una chica y pudiera salir con ella a todos lados —dijo frustrado.

—No es raro, simplemente no es común. La sociedad no se adapta a eso, pero por ello ¿Vas a vivir toda la vida escondiéndote? Eso no está bien —el solo se encogió de hombros. —¿Qué te parece si lo traes a la casa?

—¡No!

—Sí, yo lo convenzo para que venga —dijo Alison apoyando la idea.

—No porque... porque... no, no quiero...

—No seas tonto cariño, yo quiero conocerlo —dije sonriendo al ver sus mejillas rojas.

—Pero...

—¡Pero nada! Yo lo traeré. —dijo Alison. —No seas tonto, es bueno que mi mamá conozca a tu chico.

—¡Alison! —dijo él enojado y con la cara como un tomate. Ella solo se reía y yo le indiqué, que no hiciera más comentarios.

Brianna estaba en esa etapa de querer tomarlo todo, llevárselo a la boca y a veces partirlo. Todos los jarrones que había en la casa tuve que colocarlos en un lugar más alto para que ella no pudiera tocarlo. Los marcadores de Alison los había gastado y empezó a rayar las paredes, entonces solo le permití rayar una, que estaba en su habitación. La verdad no recuerdo a Angelo siento tan inquieto, de haberlo sido me estaría volviendo loca como ahora.

Ahora la buscaba para ver en donde estaba. Y la encontré en mi habitación, sentada en la peinadora con todas mis joyas afuera y en el piso.

—¡Brianna! —dije pegándole un susto, que ella dio un salto viéndome con algo de miedo tratando de recoger las cosas. —Jaja ¿Qué haces cariño? ¿Te colocas mis collares?

—Sí, este —dijo levantando uno de oro y se lo colocó enredando todo su cabello en él.

—Te quedan muy lindos. —le coloqué unos anillos y ella pareció entretenerse con ellos. Los miraba y me sonreía tan coqueta como siempre. Luego se aburrió y empezó a bostezar. —Yo creo que has dado mucha batalla hoy y es hora de descansar.

La bajé para acostarla en la cama y dormir con ella. Ahora la cama estaba muy vacía, pero siempre que alguno de mis hijos quería venir a dormir, había suficiente espacio. Apagué el televisor, la luz y cerré mis ojos para conciliar el sueño. Poco a poco me voy acostumbrando a su ausencia.

Día siguiente

Alison

Estaba frente a la peinadora, mientras mi mamá me hacía dos trenzas para ir a las clases en la academia. Debía regresar después de tanto tiempo y la verdad tenía muchas ganas de volver a bailar.

When We Were Young (The Finale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora