Capitulo 31

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Adele

Desperté en la sala del hospital en la madrugada, me levante de inmediato sobresaltada tomando un poco de agua. Había dejado a Angelo y Brianna en la casa que alquilé mientras estábamos aquí. Hice un acuerdo con la enfermera de que podía pasar cuando los doctores no estuvieran y así lo hicimos. Entré a la habitación con cuidado y le agradecí con un abrazo.

—Ya estoy aquí...—le susurré a Alison tomándole la mano de nuevo. —Regresé pronto...estaba afuera esperando que me dejara pasar. Hoy dejé a Brianna y Angelo en la nueva casa, ellos.... Quieren verte pero no los dejan entrar. Tus amigos se están recuperando... un poco lento pero... lo están haciendo... Solo me pregunto cuando... ¿Despertaras? Por lo menos quiero ver tus ojos de nuevo, o que me hables... ¿Si? —besé los nudillos de su mano entre tantos tubos que tenía. —Yo sé que vas a ser muy fuerte y saldrás de esta, y... estaré aquí para cuando lo hagas...—limpié rápidamente mis lágrimas. —Me quedaré aquí esta noche...—me recargué en su hombro abrazando su torso con cuidado hasta que el sueño vino a mí.

Fue inútil tratar de dormir y no pensar que podía pasar alg. Pero nada pasaba y eso era lo que más me desesperaba, que no se moviera, que no despertara y estuviera así, en la misma posición. Solo quiero que regrese y que la vida me permita la oportunidad de hacer las cosas diferentes.

En la mañana salí antes de que los doctores llegaran y me senté en la sala de espera simulando haber llegado. Mi celular sonó y al ver el identificador de llamadas no tuve otra opción que contestar.

—¿Qué quieres?
—De una vez te digo que no te firmaré los papeles del divorcio.
—Haz lo que te dé la gana Simon, no tengo cabeza para eso —dije molesta.
—¿Dónde están mis hijos?
—Conmigo.
—¿Por qué te los llevaste sin decirme nada?
—Porque tuve un problema y tuve que salir del país. —dije exasperada. —Además no tengo que darte explicaciones de nada ni escuchar tus reclamos, vete a la mierda —colgué lanzando el teléfono a la silla y se abrió por completo.

El médico a cargo apareció frente a mí saludándome. Algo nerviosa me puse de pie y me pidió que lo acompañara a su consultorio. Estaba siendo muy amable, eso solo me asustaba. Después de tanto rodeo por fin habló.

—Vengo a hablarle sobre el estado de salud de su hija —bebió un poco de agua en su taza de café. —Ha estado en observación durante todo este tiempo en donde hemos estado evaluando la actividad de su cerebro y dentro de todo es una buena noticia que esté activo.

—¿Eso quiere decir que va a mejorar? —pregunté con algo de esperanza.

—Eso quiere decir que su cerebro se mantiene activo y la saca un poco de su estado de gravedad. No puedo decirle cuanto tiempo estará así, pero no lo prolongo por más de dos o tres semanas. Sé que parece mucho, pero es el tiempo estimado para que su cerebro se desinflame y pueda despertar.

—Eso... para mí es... una buena noticia —dije sonriendo y limpié rápidamente mis lágrimas.

—Dentro de pronto la enviaremos a una habitación más cómoda en donde puedan verla más seguido. Que tenga personas a su alrededor diciéndole cosas para animarla, ayuda mucho a su pronta recuperación.

—Lo tendré en cuenta. Sus hermanos tienen muchas ganas de verla y ayudar —nos pusimos de pie.

—Si surge otra cosa le hablaré de inmediato.

—Por favor y gracias.

Salí del consultorio con un poco más de esperanza que ayer. Tres semanas se me harán eternas, pero contaré esos días uno a uno para que ella regrese y mejore lo más pronto posible. Regresaría de nuevo a la habitación pero la enfermera con quien había hablado me informó que alguien estaba en la habitación. Me sorprendí hasta que escuché su nombre, y después de unos minutos, salió en muletas de la habitación.

When We Were Young (The Finale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora