Capitulo 39

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Adele

Toda la noche me mantuve despierta vigilando que Brianna no necesitara nada. Afortunadamente el quebranto no pasó a fiebre, se despertó en varias ocasiones para pedir agua. Me quedé con ella acostada pensando en que todo estuviera bien y en lo que había pasado en el día.
Ya no permitiría que Simon entrara a casa, así que había dado la orden de que no lo dejaran pasar hacia las residencias. No quería tenerlo cerca, nunca más.

Me levanté a la hora que lo hizo Angelo para prepararle su desayuno, almuerzo y mandarlo a la escuela. Me preguntó de nuevo que había pasado ayer, y le conté sin darle tantos detalles. No quería generar más problemas, solo quería olvidar.

Lo despedí subiéndolo a la camioneta para que Peter lo llevara a su casa. Bajando las escaleras vi hacía el pasillo y Brianna caminaba con su oso de peluche.

—Mi vida ¿Qué haces fuera de cama? —la cargué sentándonos en el sofá.

—Hambre mami —dijo en un hilo de voz tallando sus ojos.

— ¿Quieres cereal? —asintió de inmediato. Me levanté con ella sentándola en la barra, mientras calentaba su leche y sacaba el cereal de chocolates. —¿Cómo te sientes mi vida? ¿Aún te duele la cabeza?

—No, no me duele —dijo negando, le sonreí dándole un beso en la comisura de sus labios, me abrazó y en ese momento supe que no debía haber nada más importante que la estabilidad emocional y física de mis hijos.

Me senté con ella en el comedor para ayudarle con su cereal, aunque por si sola ya podía desayunar y hacer tantas cosas. El tiempo pasa muy rápido.
Levanté la cabeza de la mesa cuando vi a Alison saliendo del pasillo apoyada de su muleta.

—Buenos días cariño —le dije en medio de una sonrisa. Ella no dijo nada y se acercó a mí y... me abrazó. —Wow ¿Y esto?

—Nada, hoy amanecí con ganas de abrazar a la mejor persona del mundo —la miré sorprendida, solo me sonrió y se sentó a mi lado. —¿Cómo estás?

—Estoy bien —sonreí para disimular mi tristeza. —Despertaste tarde, ya te sirvo el desayuno.

Me levanté sacando su fruta picada de la nevera y su jugo de naranja. Me agradeció empezando a desayunar.

—Alison...—me senté acomodando la mesa un poco. —Yo quiero pedirte disculpas por todo lo que pasó ayer y escuchaste. No quería que eso pasara, ni mucho menos que pasaras ese mal rato.

—Nadie quiere pasar ese mal rato. No te tienes que disculpar, no fue tu culpa.

—A veces pienso que sí, yo he permitido que él diga todo eso y haga lo que quiera.

—Pues eso se acabó. No creo que regrese después del golpe que le di y siendo sincera no me importa, por mí que no regrese jamás.

—No lo hará, yo me encargaré de eso. —dije segura, aunque no verlo nunca más me rompería el corazón.

—Mamá, pero ¿Es cierto lo que él dijo? Pues... ¿Tú tuviste algo con Dereck? —la miré y luego bajé la cabeza llena de vergüenza. —No tienes por qué sentirte mal.

—Me siento mal por la forma en que lo dijo, yo no quiero que tengas una mala imagen de mí.

—No la tengo, ni la tendré. Sé quién eres y si eso pasó no fue por un arrebato de tu parte o capricho de estar con otra persona que no fuera Simon.

—Pasaron muchas cosas entre nosotros, estábamos muy mal, pues... yo estaba con el trabajo de mi disco, el con su empresa, como siempre. Y... me hacía sentir culpable porque no nos veíamos, porque Angelo estaba todo el tiempo conmigo y era así, él me acompañaba a todos lados, Simon no, nunca estaba y todo se fue deteriorando. Empezaron las discusiones, intercambio de palabras, delante de Angelo y se fue de la casa.

When We Were Young (The Finale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora