Capitulo 11

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Adele

Mis ojos estaban pesados y al sentarme sentí que habían pasado millones de años sobre mí. Me levanté y con los pies arrastras caminé hasta las escaleras. Escuché voces en la cocina y me dirigí hacía ella, era la voz de Alison con Alexander.

—¿Y mami? —preguntaba él quien estaba sentado en la mesa con una copa de helado.

—Regresa en una semana, hasta entonces estarás conmigo —respondió Alison mientras cenaba. Aún no se habían percatado de mi presencia.

—¿Idemos al paque? —preguntó él moviendo sus pies de lado a lado. 

—Sí, claro que sí.

El pequeño me miró con un gesto de sorpresa y Alison de inmediato volteó a verme.

—Hola mamá, no sabía que estabas ahí...

—No, no te pongas de pie...—caminé hasta ellos un poco adormilada.

—¿Cómo estás? ¿Ya te sientes mejor?

—Sí cariño, gracias por el té y la conversación —deposité un beso en su cabello. —Hola pequeño ¿Cómo estás? —revolví su cabello y él sonrió encogiéndose de hombros.

—Bien —dijo con sus mejillas embarradas de helado y un poco tímido.
Verlo a él, era ver a Alex y a Alison a su vez. Tenía su cabello rizado, los ojos grises y sus pestañas grandes como las de Alison.

—No lo mires tanto que lo vas a intimidar más —comentó Alison golpeándome el codo y poniéndose de pie.

—¿Intimidarlo? Jajaja ¿Por qué? —lo miré y estaba viendo su copa de helado vacía.

—Con ese tamaño y mirada, a cualquiera lo haces.

—Claro que no —dije fingiendo indignación. —¿Verdad que no, Alexander? —se encogió de hombros levemente sin decir nada. —No me contesta...—dije viendo a Alison.

—Ya lo vez —lo cargó y el escondió su rostro en el cuello de Alison. —Te tiene miedo jaja.

—Pero ¿Por qué? Yo no le he hecho nada.

—Jaja ya sé, pero a veces los niños son así. —caminó para tomar su teléfono de la mesa. —Voy a darle un baño.

—Oye... pero...

El sonido de las llaves llamó mi atención, fui hasta la sala y venía entrando Simon con mis hijos. Brianna estaba profundamente dormida en sus brazos. Los saludé con un beso a cada uno y les abrí paso para que entraran.

—¿A dónde fueron? —pregunté mientras le quitaba el gorro a Angelo y su chaqueta.

—Fuimos a una heladería y después al cine. Brianna se entusiasmó cuando vio un cartel de hadas de regreso y tuvimos que entrar.

—Se llama Tinkerbell papá —dijo Angelo y yo reí un poco.

—Eso, y luego decidimos venirnos —concluyó Simon. —Cayó fulminada, no estuvo calmada ni un solo segundo.

—Jajaj me lo imagino. La voy a acostar —la tomé con cuidado de que no se despertara recargándola sobre mi hombro. —En la cocina está la cena.

Subí con Brianna hasta las habitaciones y entré a la de ella dejándola con cuidado en la cama. Saqué de la mochila sus juguetes y biberones colocándolos en su lugar. Me senté con cuidado para quitarle su ropa y colocarle él pijama, pero entre tanto movimiento fue despertándose.

—Papi...—dijo mirando a todos lados un poco asustada mientras hacía puchero.

—Aquí está mami mi cielo, tranquila...—la cargué entre mis brazos acostándola sobre mis piernas y acariciando su pecho para que se calmara. —Estás aquí en casa, conmigo...—acaricié su mejilla y sus ojitos entre lágrimas se fueron cerrando poco a poco. Le di un beso en cada uno de sus parpados húmedos y levanté las sabanas para acostarla y quedarme a su lado hasta que estuviera profundamente dormida. —Te amo mi cielo —susurré sobre su mejilla.

When We Were Young (The Finale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora