Capitulo 22

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Adele

No pude evitar llorar ni desesperarme por la situación. Entrando a casa no pude sentir otra cosa que no fuera decepción ni tristeza... por Simon.

—¡Eres un jodido imbécil! —le grité mientras estaba sentando en el sofá. —¡¿Cómo se te ocurre insultarlo de esa manera?! ¡¿Y alzarles la mano a mis hijos?! ¡¿Te volviste loco?!

—¡Me sacaron de mis casillas! —dijo alterado. —¡Nuestro hijo es Gay! ¿Cómo querías que reaccionara? ¡¿Qué lo aplaudiera?!

—¡Que lo comprendieras y no lo discriminaras! ¡Mucho menos que intentaras golpearlos! —dije limpiándome las lágrimas con agresividad. —¡Eres una mierda!

Subí rápidamente las escaleras entrando a mi habitación y buscando mis cosas rápidamente metiéndolas en mi bolsa. Busqué la pañalera de Brianna y luego a ella en el jardín, por suerte no había escuchado la discusión.

—¿A dónde vas? —preguntó Simon siguiéndome.

—A buscar a mis hijos. —dije caminado rápidamente a la camioneta.

—¡¿Y me vas a dejar aquí?! —bufé a punto de lanzarle un puñetazo. —Okey...—me tomó por el brazo y yo me solté lista para golpearlo pero él puso sus manos en defensa. —Sé que me excedí y que actué mal pero... no es para que te vayas.

No lo escuché más y subí a la camioneta encendiéndola. Dijo cosas que no alcancé a escuchar y no le di más vuelta al asunto saliendo de la casa. Me detuve cuando estaba más alejada y me calmé respirando profundo para saber que iba a hacer. No quiero que mi familia se destruya, no quiero perder a mis hijos pero tampoco a Simon, los amo a todos pero él también puede ser un completo imbécil que no piensa antes de actuar o decir algo.

Continué manejando tratando de pensar a donde habían podido ir. Pensé en la academia pero ya era demasiado tarde para que ellos estuvieran en ese lugar. Así que no me quedó otro remedio que ir a la antigua casa de Alison y rogar que estuvieran ahí. Intenté llamarlos a ambos pero él celular de los dos me mandaba a buzón.
Hace mucho que no venía a esta casa, ya había olvidado su fachada. Estaba segura de que estaban aquí por la luz de una de las habitaciones y de la cocina.

Bajé con Brianna y le coloqué un abrigo cargándola sobre mi pecho con cuidado de que no se despertara, el movimiento del auto la había arrullado. Caminando hasta la puerta toqué el timbre varias veces esperando respuesta, y después de unos minutos quien me abrió fue Angelo.

—Hola Peanut —dije con la voz entrecortada. — ¿Me dejas entrar?

—Si... claro...—me abrió paso y entré caminando hasta el sofá y dejando los bolsos. Me giré y estaba en la puerta todavía, se notaba que había llorado mucho, sus mejillas estaban muy rojas. —Ven, ven aquí mi amor...—le abrí mi brazo libre y el indeciso caminó hasta mí, se decidió por completo y me abrazó con mucha fuerza. —Lo siento mucho mi cielo, de verdad... lo siento —dije dejando escapar par de lágrimas. —Perdóname, pero no supe que hacer, todo me tomó de sorpresa...—me senté con él y dejé a Brianna sobre los cojines quien seguía dormida. —No quiero que llores más mi vida, todo va a estar bien mi cielo...—le alcé el rostro y limpié sus lágrimas con mis besos.

—Me siento muy mal...—dijo en pleno llanto y yo no pude evitar llorar con él. —Yo no quería decepcionarlos...

—Tú no me decepcionas ¿Por qué abrías de decepcionarme? ¿Por tus gustos? Eso no es así, yo no estoy decepcionada de ti, al contrario estoy muy orgullosa de que hayas tenido la valentía de decirlo —le sonreí con tristeza, verlo tan mal me partía el alma. —Pero me hubiera gustado que confiaras en mí y que me lo dijeras.

When We Were Young (The Finale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora