Capitulo 41

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Alison

Desperté junto a Angelo para prepararlo para el colegio, no quería despertar a mi mamá, sé que había tenido una mala noche.

—¿Cómo crees que esté mi mamá? —preguntó Angelo mientras desayunábamos.

—Pues triste, le duele mucho toda la situación.

—Mi papá es un bruto y nunca ha sabido hacer las cosas —dijo enojado. Yo no quise hacer más opiniones acerca de él.

Senté a Brianna conmigo y deshice su pan, para que tuviera más facilidad de comerlo. Angelo se levantó, despidiéndose de nosotras. Salió a toda prisa corriendo hacia la puerta, se le hacía tarde. Me encargué de Brianna y la dejé en mi habitación con mis marcadores. Luego fui a la habitación de mi mamá para saber cómo estaba.

—Mamá, buenos días —dije asomando el rostro. —¿Mamá? —seguí al no verla. —¡Mamá!

Corrí cuando la vi tirada en el piso, estaba hincada vomitando.

—¡Mamá! ¿Qué te pasa? —traté de levantarle el rostro pero solo se alejaba aferrándose a la cama. Miré al suelo y encontré un recipiente de pastillas vacío. Lo tomé con cuidado y leí «Pastillas para la depresión» — ¡¿Qué hiciste?!

Asustada la levanté sentándola en la cama, sus labios estaban pálidos, sus manos temblaban y no dejaba de vomitar. Pensé en llamar a Peter pero luego recordé que había llevado a Angelo a la escuela. Tomé el teléfono de su habitación y marqué rápidamente a emergencias.

—¿Hola? ¿En qué podemos ayuda...?
—Mi mamá se tomó un frasco de pastillas completos, está vomitando, pálida ¡Vengan rápido!
—Okey, mantenga la calma.
—¡¿Cuál calma?! ¡Se puede morir!
—Necesitamos la dirección.

Se las di y mientras hablaba mi mamá se desplomó en la cama.

—¡Mamá! No me hagas esto...—dije apunto de las lágrimas. —¡Maldita sea!

Aún seguía expulsando esa cosa blanca por su boca. Yo me llené de miedo, no sabía qué hacer.

—Papá... ayúdame... ella no, por favor...—la levanté de la cama sacándola de la habitación.

En el pasillo estaba Brianna viéndonos con horror, entonces se asustó y empezó a llorar.

—Mami... mami... —decía detrás de nosotras.

—Está bien Brianna... no te preocupes.

Las lágrimas empezaron a aparecer en mi rostro. Ya no sentía su respiración y muy poco los latidos de su corazón.

—Mamá...—escuché el timbre de la puerta y no sabía si soltarla, o seguir.

No sé cómo pasó pero los paramédicos entraron y solté el llanto. La colocaron sobre la camilla, la examinaron, me preguntaron que había ingerido y le entregué el recipiente. Salieron por la parte de atrás del jardín a toda prisa. Cargué a Brianna para ir con ellos y subir a la ambulancia.

—Mami... mami...—decía Brianna tratando de inclinarse para tocarla. Le pusieron una mascarilla y le conectaron la vía.

—Tranquila Brianna, todo va a estar bien...—dije no muy segura.

—Hay que ir a toda prisa, debemos desintoxicarla de inmediato —dijo uno de ellos.

Tenía el corazón en la mano rogando que llegáramos de inmediato al maldito hospital. Trataba de estar tranquila por Brianna pero ella sabía que algo andaba mal. ¿Por qué tenía que hacerlo? ¿Por qué? ¿No es suficiente con todo lo que está pasando?

When We Were Young (The Finale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora