Sirena del Ocaso

Entre el sufrimiento y la doble traición, comienza una nueva vida.

Una semana después...

A Paula le costaba creer, todo lo que había sucedido, y quería creer, que lo que le estaba pasando, no era real.  Enterarse por la doctora, que el forense la había examinado estando sedada, la hizo enfurecer, preguntó ¿por qué no habían esperado que ella despertara.  La doctora le explicó que si pasaba más tiempo, era difícil saber con exactitud, si ese hombre había abusado de ella. También le informó que Fernando su esposo, había dado su consentimiento, había estado presente mientras la examinaba el forense y tomaba las muestras.  Le recordó, que ya antes ella había firmado una autorización.

Antes que Paula le preguntara si habían confirmado lo que sospechaban, la doctora le informó que los resultados habían sido negativos.  Ese hombre no había abusado de ella, no encontraron restos de semen, ni indicios de que hubiese tenido relaciones sexuales.  Paula cerró los ojos, no sabía si alegrarse, si llorar o gritar, prefirió quedarse en silencio y recordar momentos felices.

Evocando el viaje a París, a su memoria vino aquel hombre que la miraba fijamente al llegar al Moulin Rouge, y que luego se encontró en el pasillo, cuando iba al tocador. Recordó, ese déjà vu que sintió al mirar sus ojos, unos ojos que la miraban con tanta ternura, como si se alegraran de verla.  Había olvidado ese detalle de esa noche, y ahora venía a su memoria, en aquel entonces no se hizo preguntas, ahora se las hacía,  <<¿quién era ese hombre?  ¿Y porqué la miraba con tanta vehemencia?>>   Sus ojos en aquel entonces y ahora que los recordaba, se le hicieron familiares.

Fue un encuentro extraño, con mucha intensidad en las miradas, para ser la primera vez que se veían. Recordando a ese hombre desconocido cuyos ojos y rostro le daba tanta paz, Paula se quedó profundamente dormida.  La doctora se había quedado esperando que Paula tuviera alguna reacción o hiciera algún comentario sobre lo que le había revelado.  Se quedó sorprendida, al verla dormir relajada como si nada le perturbara, sin rastros de todo el sufrimiento vivido días atrás.  Desde que estaba hospitalizada, era la primera vez que se quedaba dormida, sin que le aplicaran un sedante.

Los días fueron pasando, aunque la doctora le había asegurado que no había sucedido nada, no le creía, ya que seguía viendo la misma actitud en Fernando, frío, distante, silencioso.  En  los momentos que no estaba sedada y podía pensar buscaba motivos para lo que  ese hombre le había hecho, pensó  que sería por venganza, que había de por medio una mujer, conociendo a Fernando no era de dudarlo.  Entre tantos pensamientos llegó a creer que Fernando le había pedido al médico no le dijera la verdad.  Para no enloquecer, llegó a imaginar que todo lo sucedido era una pesadilla, que al despertar y abrir los ojos, vería que todo había sido un mal sueño.

La última vez que tuvo una crisis de ansiedad, se puso histérica dando gritos, al visitarla el detective  Brandon para informarle, que ya era hora de rendir declaración y denunciar a Jacksón, por sedarla y retenerla en contra de su voluntad.  Brandon le reveló quien era realmente ese hombre, y le comentó que había corrido con mucha suerte, ya que no había terminado como la última mujer que había estado con él "asesinada y golpeada brutalmente".

Enterarse de todo lo que ese hombre había hecho a otras mujeres, la hizo dudar que fuera verdad que él no había abusado de ella. Creyó que había sido engañada.

Ese día  Fernando había ido a verla decidido a pedirle, suplicarle que le perdonara, estaba dispuesto a ponerse de rodillas para obtener su perdón. Al acercarse a la habitación, oyó a Paula gritar, entró para ver que sucedía, la encontró dando gritos y amenazando con lanzarse por la ventana.  En la habitación estaba el detective Brandon, la psicóloga y dos médicos intentando calmarla. Paula lloraba y gritaba en un rincón acurrucada en el suelo, se abrazaba las rodillas parecía  un animalito asustado y acorralado.