Lo prohibido se desea con más intensidad

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A mediados de mayo...


Fernando y Paula viajaron a París, iban a estar una semana, y como era costumbre cada vez que viajaban a la ciudad del amor, se alojaron en el Hotel "Shangri La" , Angela les reservó la Suite Chaillot, Fernando llegó con la intención de pasar más tiempo en la habitación,  que fuera de ella.

Desde la noche que llegaron y durante dos días, Fernando fue el hombre ardiente y apasionado de siempre, como era el deseo de Paula revivieron aquella noche del aniversario. El tercer día, Fernando recibió una misteriosa llamada, se encontraba en la cama desayunando con Paula, después de haberse amado intensamente. Fernando contestó la llamada y su rostro palideció, pidió lo esperaran un momento para continuar hablando, y como si le hubiesen pinchado se puso de pie, ante la sorprendida mirada de Paula.  Sin darle explicación se puso el albornoz, salió de la habitación y se dirigió a la terraza.

En la terraza, continúo hablando, empezó a vociferar llamando inepto a la persona con la que hablaba y lo amenazó con denunciarlo por negligencia médica, le exigió lo mantuvieran informado sin importar la hora, de como reaccionaba el paciente. Terminó la llamada, se quedó con el teléfono en la mano mirándolo, como si aquella llamada era una alucinación, la otra mano se la llevó a la cara, se apretó el puente de la nariz a la vez que arrugaba los ojos y soltaba un resoplido

Esa llamada le había amargado el día, ya se había olvidado de ese "problemita", reconocía que tenía tiempo que no lo supervisaba personalmente, había olvidado que quien se encargaba de estar al pendiente era Evelyn. Ella,  iba cada quince días, a ver que todo estuviera bajo control y de vez en cuando a sobornar al médico que estaba a cargo de mantener con vida a esa persona.

Fernando dio unos pasos hasta donde se encontraban una mesa con unas butacas se dejó caer con cierto cansancio en una de ellas y se quedó mirando la estructura de la Torre Eiffel, majestuosa e imponente ante sus ojos y se quedó pensando.

<< ¿Cuanto tiempo lleva Evelyn de muerta? Muchos meses, meses que he dejado ese "problemita" a la deriva. ¿Qué le habrá pasado por la cabeza a ese bastardo, al ver que pasaban meses y Evelyn no había vuelto? Seguramente habrá pensado que me he olvidado de él y que voy a dejarlo vivir sus últimos días en paz, o tal vez ha imaginado pueda ir yo en lugar de Evelyn. Sí, sí, eso es lo que ha pensado, por eso ha intentado quitarse la vida. Pero... ¿de dónde sacó tanta pastillas, si el  maldito bastardo, no tiene manos y no puede caminar? ¿Se las habrá dado ese hombre que lo visitó? Ese hombre tiene que ser Jackson, es el único que no pude atrapar. Tiene que ser él, no hay otra persona que me conozca y pueda dejarme ese mensaje. Cuando regrese voy a terminar con ese "problemita", ya no voy a seguir pagando la clínica para mantener con vida, a quien tanto daño le hizo a mi madre y me hizo a mi. >>

Fernando salio de sus pensamientos al sentir la mano de Paula en su hombro, sin decir palabra se la sujetó y ella colocó su otra mano sobre la de él.

— ¿Puedo sentarme a tu lado, para que me digas de quien era esa llamada que te dejó tan perturbado? —preguntó en voz baja.

Fernando no le contestó, le sujetó la mano entre las suyas, tiró suavemente de ella y la sentó en su regazo abrazándola fuertemente y ocultando el rostro en su cuello, un entrecortado suspiro se escapó de su boca. Quería embriagare de su olor, absorber la tibieza de su cuerpo y espantar el miedo y la frialdad que sentía en el pecho.

El pasado se le venía encima de nuevo, el miedo a perderlo todo lo estaba paralizando, miedo de que le hicieran daño a lo que más amaba. Quienes le habían hecho daño cuando era un niño, todos habían pagado con su vida,. Sólo uno logró evadir su castigo, lo había buscado durante años sin ningún resultado. Contrató a varios detectives para que lo buscarán y todos le dijeron lo mismo <<de esa persona no había registro alguno en ningún lugar del país>>. Era como si se lo hubiese tragado la tierra. Ahora aparece una persona visitando al bastardo y diciendo era <<un amigo de Fernando y de su madre la bella Fabiola, un vecino de la ciudad donde vivían>>.

Sirena del OcasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora