El Enfrentamiento

304K 26.2K 4.8K
                                    

No fue hasta que por fin salimos del instituto, hasta que recorrimos todos los pasillos, habitaciones y escaleras con ese maldito infeliz arrastrándome como un perro herido hasta el mismísimo bosque, cuando su brazo estuvo lo suficientemente cerca de mi cara y lo mordí.

Fuerte.

Con un gemido de dolor, aunque sospecho que ha sido más que nada la sorpresa, me soltó.

-No iré a ningún lado contigo.- Le espeté con bronca. Miro a mis alrededores, pero no hay rastro de Jason a la vista, lo único que veo son kilómetros y kilómetros de interminable bosque y un Alfa muy cabreado rodeado por sus seis guardias.-¿Dónde está Jason?

Ahora parece confundido de verdad, hasta que le cae la ficha.-Jason es ese crío, ¿El hijo del Alfa, verdad?- Él se encoje de hombros, ignorante ante mi furia por haberlo llamado crío.-¿Por qué te interesa?- Me mira con ojos inquisidores.

-Porque lo has secuestrado justo después de haber disparado a un hombre inocente y dejarlo a que se desangre en el suelo, por eso.- Me cruzo de brazos, furiosa todavía recordando la manera en que Jamison se retorcía en el suelo y la sangre que manaba de su cuerpo. ¿Estará bien? ¿Estará vivo? La urgencia para volver al instituto y comprobarlo por mi misma es abrumadora, pero me fuerzo a quedarme aquí. Sé que si lo llegara a intentar me arrastrarían de vuelta hasta aquí. Además, no le quiero dar la espalda a este sujeto.

Entrecerrando los ojos, el me mira de pies a cabeza como si tratara de descifrar algo. Yo rezo porque no se acerque, que no descubra lo que le he robado cuando me arrastraba y que guardé en el elástico de mi pantalón.

-No lo dañaré, si eso es lo que te preocupa. Sólo lo necesito para asegurarme que el imbécil de Rogers se comporte.

Sus palabras sonaban sinceras, pero había furia contenida en ellas. Como si le molestara el hecho de no lastimarlo. Quería creerle, quería estar segura y confiar en que Jason estaría a salvo. Pero había visto con mis propios ojos lo impredecible que este tipo se podía poner.

-Quiero verlo.- Le dije con la cabeza en alto. Sabía que estaba muy fuera de lugar hablando de la manera en que lo hacía. No solo estaba siendo irrespetuosa, le estaba haciendo demandas a un Alfa, el Lobo de casta más alta en toda una manada. Pero no me importaba, había sido vendida, amenazada e insultada. Había visto como a una de las pocas personas que jamás me habían mostrado un poco de compasión le disparaban justo en frente de mí y Jason, mi Jason, había sido secuestrado y ahora estaba en dios sabía dónde.

Todo por culpa de este imbécil calentón, así que no. No lo trataría con respeto.

-¿Por qué te interesa tanto su bienestar?-Pregunta el Alfa de manera sospechosa, como si supiera que hay algo allí pero no está seguro de qué.- ¿Quién es el para ti?

Me rehusaba a contestar esa pregunta, ¿A él que diablos le importaba?

-No,- dije sacudiendo la cabeza.- Quiero saber que está a salvo. Quiero saber si Jamison, el Beta al que tú disparaste, está bien.

Una sonrisa sardónica aparece en su rostro.

-Perdóname Kristal, pero no estás exactamente en posiciones de hacer demandas.- Señala a sus seis Betas, los cuales nos miran con ojos impasibles.

Si, yo sabía que estaba superada. Siete Lobos contra uno no son buenas opciones, mucho menos cuando ese uno ni siquiera podía transformarse. Aunque llegáramos a estar los dos a solas, él es un Alfa y yo una Delta, el sujeto fácilmente me podría ganar. ¡Demonios si hasta me había arrastrado por todo el instituto como si nada!

Vendida al Alpha #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora