Sin Secretos

240K 19.4K 2.7K
                                    


Los tres miembros del consejo, una vez que su decisión fue tomada, no escucharon nada más.

No importó que Ryan intentó convencerlos de que yo no era una amenaza o de que yo les rogara que se quedaran a escuchar. Ellos llevaron a cabo mi sentencia, atándome por siempre a Ryan y a su manada para que jamás pudiera lograr que mi familia volviera al poder. No hubo caso, ellos no escucharon ni tuvieron piedad, el riesgo decían, era demasiado grande y anular un acuerdo de Mate sentaría un precedente que no podían permitirse.

La casa se despertó con el sonido de mis súplicas y resultaba que no estaba tan vacía como yo creía puesto que en cuanto comencé a seguir a los representantes del consejo mientras se iban, más de una cara despierta se asomó por los pasillos, pero todos me miraron impasibles, algunos sin entender, otros con la cabeza gacha, pero nadie, nadie se atrevería a desafiar al Consejo.

—Señora, sólo se está lastimando—señaló el hombre alto de piel oscura cuando salí tras ellos a la entrada de la casa, donde un elegante auto negro los esperaba. El correr detrás de los representantes me había agitado y las costillas me daban ganas de gritar de dolor con cada respiración— no importa cuánto nos siga, nuestra decisión está hecha.

—Pero... ustedes no entienden...—mi respiración entrecortada me impedía hablar con claridad, pero no podía dejar que se fueran dejando nuestro destino sellado— yo... yo ni siquiera sabía quién era hasta hace unos días y mi familia ni siquiera existe ya, todos fueron capturados... por favor...

—El riesgo es demasiado grande para que el Consejo se pueda permitir que usted esté por su cuenta, libre para realizar un acuerdo de Mate con otra manada. Su familia no es lo importante, lo que importa es que sólo su nombre puede movilizar masas y aunque nos odie no podemos confiar en la palabra de una adolescente, diciéndonos que no causará problemas. No arriesgaremos la seguridad de toda nuestra raza porque dos Bolgas se arrepienten de su decisión. Ahora,—dice él haciendo una corta reverencia, los otros dos representantes esperando en el auto y mirando atentos el intercambio— si nos disculpa, nuestra labor aquí ya está hecha y nuestro juicio no cambiará.

Y así se fue, sus largas piernas acortando la distancia entre él y el auto en pocos segundos y permanecí con mis brazos fuertemente apretados a mi pecho, tratando de contener el dolor que me desgarraba por dentro mientras los tres representantes se alejaban en medio de la noche oscura.

Mi esperanza, desvanecida.

Pasos sigilosos descienden la escalera y se acercan a mí, pero no debo darme vuelta para saber a quién pertenecen.

—Deberías volver a la cama,—dice Ryan colocando su mano sobre mi hombro— estás adolorida otra vez.

—¿Y a ti que te importa?—Replico duramente, alejándome para que su mano ya no toque mi cuerpo. El movimiento brusco me cuesta, puesto que causa que otro relámpago de dolor se expanda desde mi pecho a todo mi cuerpo, pero contengo mi gemido.— Todo lo que has hecho desde que llegué es enojarte e ignorarme. Hablar con el Consejo y convencerlos de anular el Acuerdo era mi última esperanza y ahora resulta que estoy atado a un hombre que me odia, para siempre.

Me alegra que Ryan esté detrás de mí, porque de esa manera no podrá ver las lágrimas que han comenzado a escapar de mis ojos. Lo peor de todo era que, mi problema no era ser su Mate sino el que Ryan me odiara por ello. ¿Cuándo había cambiado? ¿Cuándo había dejado de odiarlo, cuando dejé de desear estar lejos de él para llegar a sentir pena por mi misma de esta forma? Me había convertido en alguien patético que ya no reconocía siquiera, teniendo sentimientos por un hombre para el cual había sido sólo un peón.

—Kristal.—Su voz suave está a tan sólo centimetros de mí. Me cruzo de brazos con más fuerza, como si de alguna manera eso detuviera las lágrimas y en ese momento Ryan desliza sus brazos alrededor mío.

Vendida al Alpha #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora