El Argumento

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-Tienes que estar de broma, ¿verdad?-Inquirí con mi voz teñida por la incredulidad. ¿Se va de esa manera y ahora vuelve con esto? ¡Vaya forma de cambiar de tema! Por el rabillo del ojo pude ver que su prima lo miraba, tan confundida como yo me sentía. Claramente esto no era algo que habían discutido.

Él Alfa simplemente se encogió de hombros.

-No puedo dejar que mi Mate ande en harapos.- Explica y me mira de pies a cabeza, su rostro contrayéndose en una expresión de asco.- Literalmente. Además,-continuó,- está será una gran oportunidad para conocerse. Ya saben charla de chicas y esas cosas.- Hace un gesto desdeñoso con la mano.

-No puedes hablar en serio.- Balbucea su prima, incrédula.- ¿Te parece sensato que salga considerando...

El Alfa la calló, sus ojos escupiendo fuego y al ver el conflicto entre los dos yo me apresuré para tomar esta oportunidad.

-¿Considerando qué?- Ignoré al Alfa y me concentré en su prima, si alguien parecía más dispuesta a revelar algo, era ella.- ¿Qué es lo que está ocurriendo?

-Nada.- Me interrumpe el Alfa con voz autoritaria, pero yo no le presto atención alguna.

-No debe de ser "nada" por la manera en que los dos reaccionan. ¿Dime,- le rogué a su prima y ella quedó atrapada entre mi mirada y la del Alfa,- que es lo que ocurre con mis ojos?

Antes de que ella pudiera contestar algo, el Alfa bufó.-Esto es suficiente. Si esperas que Sacha revele algo, no lo logrará. Puede que sea amable, pero no es imbécil y sabe lo que le conviene... la mayoría de las veces.

-¡Oye!- Se quejó ella, claramente ofendida.

-Tú,- me apuntó con su dedo,- harás bien en no preguntar nada, y ,-ahora señala a su prima,- no harás mención alguna de nada que no debas. ¿Entendido, prima?- Sin esperar por una confirmación el maldito buscó en su bolsillo para sacar su billetera y coger una tarjeta, que luego extendió hacia mí. Yo me la quedé mirando como si fuera un bicho que me fuera a morder, todavía cabreada porque no me dejaba saber que secreto ocultaban mis ojos. Al ver que no la tomaba el Alfa suspiró molesto, giró los ojos y le dio la tarjeta a Sacha.

-Pero...- la chica se quedó con la tarjeta en la mano, sin rechazarla pero sin guardarla tampoco.- ¿Ahora? ¿A dónde iremos?- Mira entre el Alfa y yo, como si yo pudiera explicarle qué demonios está sucediendo.

-¿A una tienda de ropa? -Se encogió de hombros.- No lo sé, llévala a la ciudad que compre lo que quiera. Excepto cuchillos, armas, arsénico y esas cosas.- Me miró con ojos acusatorios y yo desvié la mirada. No puedo negar que la idea no había cruzado mi mente.

Sacha desvió sus bonitos ojos dorados hacia mí.

-Ehh... ¿A dónde... a dónde quieres ir?- Inquirió y por la forma en que se quedaba mirándome, me di cuenta de que esperaba realmente una respuesta.

Yo sumamente confundida, comencé a reír.

-¡No puedes hablar en serio!- Mis ojos saltaban de primo a prima, él aparentemente cabreado a mi reacción y ella sumamente confundida; eso hacía dos de nosotras. Me trajo al medio de la mismísima nada, amenazó a Jason para que firmara un acuerdo que me prohibiría dejar su lado... ¿Y ahora quiere que salga de compras con esta pobre chica? Estaba comenzando a tener mis serias sospechas de que este sujeto era bipolar, porque imbécil ya sabía que era.- ¿Realmente me dejarás salir de esta casa?

El simplemente me miró con esos abrumadores ojos verdes.

-No eres una prisionera.- Afirmó como si eso fuera respuesta suficiente.

Vendida al Alpha #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora