Problemas

272K 24.2K 1.5K
                                    

¡¡Hola gente!!! Como ayer tardé tanto en publicar el capitulo gracias a mi inestable conexión a internet, quise compensarlos y publicar este capítulo tempranito! Disfruten!!!


Me preguntaba si el Alfa había escuchado algo de lo que dijo Jason. Seguramente la idea de escapar, aunque resultara imposible para nosotros, no le caería bien al psicópata de ojos verdes. Ni siquiera pensarlo.

Escrudiño su cara en busca de alguna pista, un detalle en sus facciones que me alerte a que estoy por recibir una reprimenda, un castigo o cualquier cosa similar a lo que he recibido en las últimas... ¿veinticuatro horas? ¡Vaya! ¿Realmente todo esto ha sucedido en un solo día? Aunque podría ser más ya que no sabía cuánto tiempo había pasado drogada desde el Instituto hasta llegar aquí. ¿Acaso seguíamos siquiera en el mismo país? Era imposible de saber.

Pero el Alfa no hizo ninguna de esas cosas, simplemente comenzó a caminar con el implícito de que yo debería de seguirlo y, con el oído pendiente ante lo que pasaba en la habitación, comencé a caminar detrás de él.

La habitación resultaba, daba lugar a un pasillo con el mismo piso de madera el cual estaba bien iluminado gracias a otro enorme ventanal que ocupaba toda la pared trasera de piso a techo, dando a una espectacular vista al mar. Prontamente el pasillo desembocaba a un enorme living con tres gigantes sillones, un televisor de pantalla plana colgado de la pared y una escalera dando a un piso superior a mi lado izquierdo. El lugar era enorme y bien decorado pero sorprendentemente minimalista; una combinación que calzaba bien con la enorme casa y que daba la sensación de que no solía ser muy habitada. Yo no podía detectar muchos olores otros que el de productos de limpieza y algunos pocos Lobos, entre ellos el Alfa y algunas otras esencias distintas que deben de ser de los guardias o de aquellos que han aseado el lugar recientemente.

El Alfa se dirige a una oficina de tamaño mediano y cierra la puerta detrás de mí, causando que tome unos pasos hacia el costado para evitar que nuestros cuerpos se rocen. El me observa cuando me alejo, pero no dice nada y se dirige hacia un pequeño escritorio con una laptop cerrada arriba.. Yo permanezco en mi lugar con las manos cruzadas y vigilando cualquier movimiento suyo. Pero a pesar de lo alerta que me mantengo, es sorprendente lo rápido que mi espíritu ha decaído; no busco huir o la manera de enfurecerlo, mientras que Jason esté bien parece que parte de mi ha aceptado este destino mío.

Toda una vida sirviendo bajo un Alfa, ahora sólo será uno distinto. ¿Cuál es la diferencia?

-Tendrás que usar estos a partir de ahora- El Alfa abre un cajón del escritorio, toma un pequeño objeto y camina hacia mí para entregármelo. Yo alzo la mano antes de que se pueda acercar demasiado, no quiero tenerlo cerca nunca más y mucho menos cuando estoy a solas con él. Inspecciono la pequeña cajita de plástico y me doy cuenta que es un estuche para lentes de contacto. No tengo que abrirlo para saber que allí habían unas lentillas de color.

El Alfa me miraba intensamente pero me negué a reconocerlo. En su lugar simplemente asentí.

-De acuerdo.-Dije guardando la cajita en el bolsillo de mi pantalón mientras una parte muy tonta de mí se preguntaba si ponerse lentes de contacto sería difícil. Jamás lo había hecho y la idea de algo acercándose a mi ojo descubierto me daba un poco de pavor, pero comparado con lo que podría pasar si lo desobedecía no sería nada.

-Kristal...- Me tensé al escuchar mi nombre pero mantuve la vista baja, enfocada en los libros de la pequeña biblioteca contra la pared.

-¿Si?

-Mírame-Ordenó y lo hice a regañadientes.-¿Eso es todo lo que harás?-Finalmente inquirió.

La pregunta me desequilibró un poco. ¿A qué se refería exactamente con eso? Pero antes de que pudiera preguntar, el clarificó.

-¿Acaso no vas a contradecirme? ¿Tirar el estuche y decir que no, que para que debes de hacerlo y llamarme un infeliz o un enfermo mientras estas en eso?-La comisura de sus labios tembló imperceptiblemente y fue la pista para darme cuenta de que mi rebeldía le resultaba divertida. El sólo hecho de que este sujeto tomara placer en mi sufrimiento y hasta creyera que mi resistencia era algo cómico y para ser burlado hizo que humor se tornara no sólo triste y abatido, pero además increíblemente negro.

Por lo menos a mi Alfa anterior yo ni siquiera le había importado. Seguro, había sido miserable y maltratada (aunque no tan amenazada) pero Rogers jamás se había burlado de mí, para eso supongo que debería de importarle o notar mi presencia.

-No,-respondí en un tono tan seco y hueco que aquella pequeña sonrisa formándose en su rostro se congeló en una mueca,- he aprendido que contradecirte no me lleva a ninguna parte ya que haces lo que te dé la gana y me amenazas para lograrlo. Así que no,-repuse con voz cansina, mi mirada absolutamente venenosa- no lucharé.

Él Alfa se mantuvo allí a sólo centímetros de mí por dos latidos de corazón antes de que aclarara su garganta y asintiera.- Bueno... es bueno que lo aceptes.- Se dio media vuelta y pasó una mano por el cuello.

-Pronto, gente de mi manada llegará a esta casa por lo que debes de usar las lentillas a todo momento. Sólo sácatelas en privado donde nadie pueda verte, veré de ir consiguiéndote un par de reemplazo por si acaso.

Asiento aunque más para mí misma ya que él continúa dándome da la espalda y mi estómago se retuerce con la simple idea de tener que enfrentarme a gente de su manada.

-Estos Lobos... ¿Acaso ellos saben quién soy?

El Alfa se da vuelta en ese momento y levanta una ceja inquisitivamente.

-¿A qué te refieres con eso?

Me encogí de hombros.

-Si sabrán que soy tu...-hasta me costaba decirlo en voz alta,- tu... tu Mate o eso, como mis ojos, lo debo de guardar en secreto?

Sus ojos se entrecerraron momentáneamente, probablemente considerando sus opciones hasta que por fin replicó lentamente.

-Ellos sabrán quién eres, no deberás de ocultarlo. Y deberás de actuar acordemente.

Fue mi turno para levantar una ceja.

-¿Acordemente?

-No como si esto fuera lo peor que te ha pasado en la vida. Ya diseñaré alguna historia para que digas cuando pregunten.

Sus palabras tocaron un nervio y sonreí, pero no fue una sonrisa normal o complaciente, fue una amenaza cargada de dientes. Una sonrisa completamente desquiciada.

-Me costará mucho trabajo puesto que dudo recordar algo peor que estar atada a ti.

El comentario surgió el efecto deseado y su postura se irguió de un respingo, sus ojos duros torneados hacia mí.

-¿Creí que no ibas a contradecirme ya más?

¿Acaso estaba sonriendo de nuevo?

Me encogí de hombros, molesta. ¿Luego de todo lo que ha hecho, el imbécil tiene el descaro de hablar de esa manera? ¿Cómo si todo fuera una burla? ¿Cómo si lo que Jason y yo estamos pasando no es nada más que un chiste de nenes tontos para él?

-Tal vez si dejaras de ser semejante idiota, lo haría.

En un santiamén estaba enfrente de mi. Su cara contra la mía, pero no me encogí ni me asusté. Estaba preparada para lo que sea.

Estábamos los dos furiosos, cara a cara. Tan enfoscados en nosotros que ignoramos los pasos acercándose a la oficina hasta que esta se abrió de un golpe.

-¡TÚ!

Ambos nos dimos vuelta de un salto y vimos a la furiosa mujer en la puerta. Recuerdo una vez, antes de que todo esto pasara, que pensaba que Ryan era el tipo más guapo que había visto en mi vida. La mujer que estaba ahora en la puerta mirándolo como si quisiera arrancarle el pellejo y usarlo de alfombra de baño era igual de hermosa, alta, de pelo oscuro y con vibrantes ojos dorados Beta en forma de avellana.

El Alfa retrocedió visiblemente y yo lo miré, asombrada.

La mujer no me prestó atención alguna y antes de que Ryan pudiera decir algo para apaciguarla, ella cruzó la habitación y le dio una sonora cachetada que le dio vuelta el rostro.

-¡¿Elegiste una Mate?!- Chilló la mujer, claramente enfurecida.

Oh oh.

Vendida al Alpha #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora