Reencuentro

223K 19.9K 4.6K
                                    

Pasaron minutos en los que nos mantuvimos exactamente como estábamos, entrelazados con solo el ritmo de nuestros latidos y respiración como el único sonido reinante.

El edificio se había vuelto macabramente silencioso, ya no había más personas gritando ni llorando por sus vidas, sus voces silenciadas por las decenas de Lobos operando bajo las ordenes de Ryan para acabar con los horrores cometidos por esta familia.

Y aquí estábamos, un Klaussen y una Dobrovsky, enemigos por derecho propio y por la enemistad que había afectado a nuestras familias por años, abrazados como si jamás fuéramos a separarnos.

—¿Por qué volviste por mí?—Hablo con mi rostro todavía presionado contra su pecho. La pregunta me había estado carcomiendo por dentro. ¿Acaso era esto otra trampa? ¿Me esperaba algo peor al salir de aquí?—Tienes a Aaron, sólo para eso me querías para intercambiarme por él. ¿Por qué volver por mí?

—¿Por qué volví por ti?—Repite él incrédulo tomándome de los hombros para poder mirarme a los ojos—, Kristal ¿por qué no lo haría? Cuando te encontré sólo pensaba en recuperar a Aaron de vuelta. Creía que erías igual a ellos, su sangre corre por tus venas y supuse que serías igual de despiadada. Me convencí de que entregarte era lo mejor porque tú también eras un monstruo—se detiene sus penetrantes ojos fijos en mí y cuando vuelve a hablar su voz es más suave—, pero tú no fuiste lo que yo esperaba y con cada día que pasaba, peor me sentía por la forma en que te trataba. Intenté ignorarte y seguir adelante, no ayudaba que a cada paso tu intentaras frustrar mis planes pero claro, yo jamás te había dado explicaciones y tu tenías todo motivo para rebelarte. Temía que una vez que descubrieras a tu familia eso cambiaria, que te pusieras de tu lado, pero cuando Aaron me contó lo que pasó y que necesitabas ayuda, no lo dudé y te busqué por cada rincón de este asqueroso lugar hasta que te encontré.

—Entonces... ¿tú me secuestraste pero yo era el monstruo? Típico, Ryan—respondo sarcásticamente porque no sé qué otra cosa hacer. Porque no me esperaba semejante confesión de él. La emoción que clava sus garras en mi garganta me impide hacer nada más que decir un chiste, para disipar el torbellino de sentimientos dentro de mí.

Pero Ryan no se lo toma a mal y suspira una risa ahogada—¡Como extrañaba tu carácter arisco! Insúltame de nuevo que me encanta.

Giro los ojos y lo golpeo in fuerza en el hombro—Muérdeme,—le respondo intentando no sonreír porque no quería darle esa satisfacción.

El se ríe nuevamente, esta vez una carcajada y me abraza más fuerte pero la fuerza lastima mis heridas y yo gimo del dolor.

—¿Qué sucede?—Me suelta inmediatamente y me examina, una expresión preocupada marcando su rostro.

—Nada, es sólo que estoy herida—digo mientras intento colocarme en una posición que me permita respirar bien. Es como si cada movimiento fuera un relámpago de dolor y cada inhalación me costara cada vez más, el aire resistiéndose a entrar en mis pulmones.

—¿Puedes ponerte de pie?—Preguntó Ryan levantándose y ofreciéndome su mano. Yo asentí e intenté levantarme pero el esfuerzo hizo que mis costillas se contrajeran, robándome de la respiración y volví a colapsarme en el suelo.

—Maldita sea, no estás bien—Ryan me sujetó y con cuidado puso mi brazo sobre su hombro y con el otro tomó mis rodillas, cargándome como a una novia.

—¡Puedo caminar!—Me quejé yo avergonzada, tratando de convencerlo que me deje ir.

—Ni siquiera te puedes parar, mentirosa.

Salimos al gélido corredor y estoy secretamente agradecida de que me esté cargando. Él tiene razón, ni siquiera puedo caminar.

—¿Qué pasó con todos?—Pregunto una vez que hemos llegado a una habitación que reconozco, la cocina y Ryan sigue adelante. Hace tan sólo unos pocos minutos había estado tan llena de vida, cuando todos se enteraron que Ryan y yo éramos Mates, un secreto que Sammara y su padre Marcell se habían guardado para sí.

Vendida al Alpha #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora