El Acuerdo

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No paso mucho tiempo luego de que Ryan se hubiera ido dejándome completamente confundida para que Sacha volviera cargando dos contenedores desechables con comida china y comenzamos a comer en silencio.

—¿Dónde está Ryan de todas formas?—Pregunta ella acomodando las servilletas en la cama y abriendo su paquete de palitos chinos. Yo jamás había probado comida china antes de venir aquí y no sabía cómo usar los palillos por lo que Sacha me había traído un tenedor de la cocina— . Él tampoco ha comido nada, creí que se nos uniría.

Me encogí de hombros. El solo pensar en su expresión furiosa me desconcertaba, ¿por qué demonios tenía que reaccionar de esa manera? Sólo le sugerí que le pidiéramos al consejo que anularan nuestro acuerdo de Mates, para que no tengamos que estar atados por todo este embrollo con nuestras familias y el había salido disparado como si le hubiera dicho que le había roto su juguete favorito. ¿Cuál era su problema? Después de todo, no era como si ninguno de los dos quisiera estar atado al otro, ¿verdad?

—Tal vez está comiendo en su estudio,—sugerí calladamente, mis ojos fijos en el plato de fideos enfrente de mí. ¿Estaría enojado porque le sugerí que anuláramos el acuerdo, o porque él no lo había pensado antes? La idea me molesta, pero no quiero pensar en ello. Ryan sólo me había forzado a firmarlo porque quería recuperar a su hermanito y a pesar de lo que yo había pasado, lo entendía; si algo le hubiera sucedido a Jason, ¿quién podría decir que yo no hubiera tomado la misma decisión? Si se trataba de salvar a alguien a quien yo quería de las manos de una familia de monstruos, no habría nada que no haría.

Ella asintió, perdida en su propia comida y las dos seguimos masticando silenciosamente, pero estaba a la mitad de mi plato cuando noté que Sacha me lanzaba miradas furtivas, sus ojos entornándose con sospecha, hasta que por fin habló:

—Estás muy callada.

Me volví a encoger de hombros, mi boca llena con sabrosos fideos. Pero parecía que Sacha no estaba contenta.

—¿Acaso pasó algo cuando me fui? ¿Ryan dijo algo? Y te ruego por Dios que no vuelvas a encogerte de hombros o tiro este plato por la ventana.

La miré fijamente, eso era exactamente lo que pensaba hacer. Tragué el bocado que tenía en la boca, pero no sabía que decirle, ¡si yo tampoco entendía que sucedía! Al final, me conformé por la explicación más simple.

—Es sólo que... no lo entiendo.

—¿El qué?—Sacha deja su plato terminado en el piso y se comienza a limpiar con una servilleta.

—A Ryan,—le explico— no sé cuál es su problema.

Ella me mira confundida.

—¿A qué te refieres?

—¡A que se ha ido todo ofendido y yo ni siquiera sé por qué!—Tiro el tenedor dentro del plato y lo bajo lentamente a mi abdomen.—Es TAN frustrante...

Sacha levanta las manos, calmándome—¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

—¡Nada!—Toda mi frustración comienza a salir y le cuento todo a Sacha quien comienza a beber de una botella de agua mineral—. Eso es lo más extraño, por fin creí que las cosas estaban bien entre nosotros. Estábamos hablando acerca del consejo y de ser Bolgas y que deberíamos de pedirles que anulen nuestro contrato de Mates...

Sacha casi se ahoga con el agua.

—¿Le dijiste qué?—Ella me mira con los ojos enormes como platos, su mano tratando de limpiar los restos de agua que le han quedado en la barbilla—. Kristal, un acuerdo de Mates es inviolable una vez que los dos firmaron fueron declarados Mates... bueno, para siempre. ¡No se puede anular así como así!

Vendida al Alpha #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora