Ryan

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Los gritos se pueden escuchar a través de la puerta y a través de las gruesas paredes de piedra. Este ataque es peor que el del otro día. No se escuchan estruendos como sucedió en aquel entonces, donde las detonaciones me aturdían y no sabía a donde ir. Ahora sólo se escuchan gritos.

Nos mantuvimos en la habitación el tiempo suficiente para que Mikah recogiera algunas cosas, pero sabíamos que encerradas no duraríamos mucho tiempo por lo que nos aventuramos al infierno que estaba afuera.

El pasillo que había estado prácticamente desierto hace tan sólo cinco minutos, ahora está vivo con gente corriendo y la piel se me eriza cuando un aterrador rugido penetra el aire, tan sólo a unos metros y comenzamos a correr siguiendo la marejada de gente.

—Esto no está bien,—comenta la mujer rubia sin aliento,— se han transformado en Lobo y han entrado a la casa. ¿Cómo supieron que estábamos aquí? Se supondría que sería el último lugar que buscarían.

Yo no sabía dónde "aquí" era pero no le discutí. Sabía que ellas, al igual que el resto seguramente, estaban intentando evacuar a un lugar seguro pero no podía dejar a Aaron aquí solo, mucho menos si se trataba de Ryan por lo que aprovecho la confusión para alejarme de ellas y volver por el pequeño.

Al principio me cuesta encontrar el camino a aquella habitación, todas me resultan similares y además debo de mantenerme alejada de los gritos y de donde se escucha gente, no vaya a ser que me encuentren e intenten alejarme de aquí.

Luego de interminables minutos en los que creí que me encontraba terriblemente perdida, finalmente llego a un pasillo que me resulta familiar; es extraño y no tengo tiempo para procesarlo pero algo acerca de esta sección me hace pensar que ya he estado aquí más de una vez. Algo que ver con la forma en que mis pasos hacen eco y como el suelo se siente debajo de mí, la loza desgastada raspando mi calzado, las irregularidades del suelo me hacen sentir que ya he recorrido estos pasillos antes y en una situación similar a esta, asustada y con el corazón martillando mi pecho.

Por fin llego a nuestra habitación y casi entro en pánico cuando la encuentro vacía. ¿Se lo habrán llevado junto con el resto? ¿O acaso Ryan lo había encontrado y rescatado, dejándome aquí?

—¿Aaron?—Pregunto tentativamente, entrando despacio en la habitación y tratando de no llamar la atención de la gente que está allí afuera todavía huyendo, por si se les ocurre registrar este lugar.

No hay tiempo para ser delicada, sin embargo, por lo que corro hacia el baño y también lo encuentro vacío. Justo cuando empiezo a creer que toda esperanza está perdida escucho un ruido y me doy vuelta para ver a Aaron arrastrarse de debajo de la cama; el espacio es muy estrecho allí y le lleva un tiempo zafarse pero lo tomo de las ropas y jalo hasta que por fin se libera.

—Me habías asustado,—le digo tomándolo entre mis brazos y abrazándolo con fuerza—¿Qué estabas haciendo allí?

—Consiguiendo las tijeras.—Dice él, alzando en su pequeña manito las tijeras que habíamos escondido en la armadura de la cama. Lo abrazo con más fuerza.—¿Qué está sucediendo?

—Tu hermano él... él nos ha encontrado. Está aquí.—No menciono el hecho de que el que Ryan esté aquí significa que yo probablemente no esté a salvo. Si tengo suerte podré escapar, lejos de Ryan y de los Dobrovsky aunque no sé a dónde podré ir en estas tierras congeladas, pero eso no viene al caso.

La carita de Aaron se ilumina.

—¿En serio? ¿Está aquí? ¿Vino por mí?—Cada pregunta sale más rápido con su creciente emoción y a pesar de cómo me siento no puedo evitar reírme. Aaron estará bien, eso es algo que tengo que alegrarme.

Vendida al Alpha #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora