Decisiones

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"Sé valiente y no tengas temor de saber que, incluso si tomaste una mala decisión, fue por una buena razón"

Entre las últimas noticias, Crawford enterprises se apresura a firmar el contrato millonario que promete ser la joya de la temporada. El público asiático y europeo se encuentra a la espera de esta innovadora estrategia bursátil...

Una mano apagó la televisión con fuerza. Sus lánguidos dedos aprisionaron una extraña mochila con las manos y sacaron un porta con comida casera recién hecha.

—Espero que no le moleste tía, hice sopa de calabaza y me pasé un poco de sal.—Extendió el bol a la mujer y está acepto gustosa el plato humeante.

—Con la comida que me dan aquí me moriría de hambre, cualquier cosa con sabor me viene bien.

Cassandra recogió las colchas y sin darse cuenta un suspiro se le escapó de los labios.

—Espero que ese lamento no sea porque dejaste plantado al pobre chico Wales ayer, Merry me lo ha contado todo.

Pero no, no era por eso.

—Ya me disculpe con Simón.

—Disculparse no basta niña, ese chico lleva años enamorado de ti, le debes al menos el ser sincera con él.

Volvió a suspirar. La rubia extendió su mano hacia la chica de mirada turbia y esta la tomó mientras se acurrucaba en su regazo.

—Tú madre y yo no teníamos mucho en común y aún así nos terminamos enamorando del mismo hombre, es impredecible mi niña, no podrás controlar a la persona que tu corazón escoja, es impredecible y muy doloroso ¿Lo entiendes Cassandra?

Pero no tenía mal de amores. La desazón que sentía lo hacía por la mujer a la que le debía todo. Solamente por ella, por ningún hombre.

—Le quiero mucho tía. Solo quiero que sepa eso.


Después de dejar a su tía en el hospital, la chica camino sombría por las calles de Londres sin un sitio al cual ir. Podía recordar todavía lo que el señor Jenkins le había dicho.

Estaba jodida en formas catastróficas y no tenia a nadie a quien acudir.

Quizás su primera reacción fue el ir a buscar a Di Vaio para insultarlo un poco y sentirse mejor, pero lo cierto era que todavía se le erizaba la piel después de lo ocurrido el miércoles.

La habían despedido.

Y lo peor era que ella sabía quién exactamente estaba detrás de su desgracia. Se había metido imprudentemente con un tipo con poderes ilimitados y había conseguido arruinarse solo ella.

Porque si algo sabía también, es que independientemente de haber podido retrasar la demolición de su hogar, Di Vaio seguía siendo el dueño, y tarde o temprano resolvería los asuntos en los que ella lo había metido y acabaría con todo lo que ella llamaba valioso.

El señor Jenkins no le había especificado el porqué de su despido, sus excusas fueron poco creíbles y tartamudas, hasta el grosero cocinero parecía desconcertado. Alguien había comprado el local de comida rápida y ella había sido la única despedida, que casualidad tan maldita.

No supo cómo  ni por qué llegó hasta el armazón de vidrio y concreto, su conciencia le reprochaba lo que había decidido. Con el alma destrozada había tomado una decisión. Si ese tipo quería destruirla de todas las maneras posibles, al menos debería sacar algo bueno de esa humillación.

Toda buena obra tiene su precio.

—Necesito hablar con el señor Di Vaio—Le dijo a la coqueta rubia de la recepción.

Doble moral [Con pecado concebido *02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora