Isidora

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Sucedió en Italia.
La casa colindaba con dos o más haciendas vecinas.
Tenía un pequeño huerto y era el hogar de una familia sencilla y bastante ortodoxa.
El negocio era próspero y la siembra de ciruelas estaba disparada ese año.

La madre fue la primera en fallecer, producto de una enfermedad cardiaca que le destrozó el corazón.

Luego de la madre murió el hijo mayor, al parecer producto de un accidente mientras trabajaba en el campo y una herida mal suturada que se terminó infectando.

La hija menor quedó embarazada a los quince años de un hombre del pueblo y fue obligada a casarse con el padre de su bebé ese mismo domingo.

Fue un matrimonio infeliz desde un principio, ninguno de los dos amaba al otro y terminaron perdiendo el bebe a los pocos días de casados.

El padre fue el tercero en morir.

La hija menor había cumplido solamente los dieciocho años cuando falleció, dando a luz a una pequeña niña de contextura enfermiza.

El viudo se había quedado con la casa, el huerto y el negocio de la familia. Había criado a la joven niña con mano de hierro. Se había vuelto a casar cuando la niña había cumplido los trece años con una mujer que había conocido en los límites de la propiedad, justo en el lugar en el que se alzaba una terrorifica mansión esculpida en piedra.

No faltaba decir que su nueva esposa era muy joven, muy joven y muy hermosa, sin embargo no fue capaz jamás de darle hijos. Y termino falleciendo cinco años después de depresión.

El hombre había desistido de la idea del matrimonio cuando por fin rondaba los cincuenta años. Su hija estaba por cumplir los dieciséis años cuando se encontró con la sorpresa de que su padre había tenido otra niña por fuera del matrimonio.

El hombre nunca reveló el nombre de la mujer. Nunca nadie supo quien fue.

Había dejado a la niña abandonada en la puerta de la casa de su padre y había desaparecido para siempre.

Las dos hijas del viudo eran polos opuestos. No se parecían ni en apariencia ni mucho menos en carácter.

Mientras la mayor había crecido bajo la tutoría de su padre y el respeto de la comunidad, su hermana menor había crecido siendo la vergüenza de la casa, siendo la burla de las amistades del padre y el foco para todo tipo de abusos por parte del personal.
Ignorada y abusada como siempre fue,  Isidora no creció ni muy sana ni muy cuerda.
A la edad de 14 años se le había diagnosticado de trastorno depresivo.
Era una chica triste y de aspecto enfermizo.

Su hermana no tenía permitido hablarle a su hermana menor, no tenía permitido protegerla, no tenía permitido enseñarle a amar, enseñarla a amarse.

La culpa nació desde el mero principio, y sería una cruz que la pobre mujer cargaría el resto de su vida y que de una forma u otra le terminaría costando la vida. Su corazón no aguantaría mucho.

Victoria se había casado con un violinista aleman que había conocido por casualidad en uno de sus muchos viajes a la ciudad. Se casaron en Mayo en la Toscana y no tuvieron hijos.

Las relaciones sexuales nunca fueron consentidas. Isidora Genolet no podía ser más miserable.

Dio a luz a una bebe el 20 de octubre de ese invierno.

Doble moral [Con pecado concebido *02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora