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¿Cuanto había pasado? ¿3 meses? ¡Tan rápido!, en los que Indivar visitaba en el estudio a los hermanos Jackson, lo cual su madre, notaba favorablemente en su hija, ella estaba más alegre, y en sus clases, procuraba poner total atención a su maestra para hacer las actividades bien; terminar rápido e...ir al estudio.

Eso hacía que su madre sonriera tan relajada, mientras que su padre, sabía que se reunía con los hermanos Jackson, pero Liz le había inventado una pequeña excusa, de que el joven Michael pulía las habilidades de tocar piano de Indivar enseñándole, y a cambio ella le enseñaba su idioma natal, español. Su padre iba con la conciencia limpia sin saber que tanto su esposa, como los hermanos Jackson y hasta la mismísima Diana Ross habían de alguna manera confabulado un plan para unir más a los jóvenes tortolitos.

Llegó otro día, Indivar entró a la sala seguida por la joven Ross mientras los hermanos estaban por todo el estudio, Michael fue el primero en girar a la puerta, -¡Indivar!- dijo con tal felicidad que para sus hermanos era una hermosa melodía el escucharlo tan...contento...

Indivar rápidamente se incorporó a la rutina de los jóvenes y los minutos corrían con tranquilidad, mientras el grupo ensayaba al otro lado del vidrio, Indivar no despegaba los ojos de...sí...Michael, él por su lado estaba con los ojos en el papel en sus manos, ¿una nueva canción?

-Tranquilo Mike, ya te la aprenderás bien- dijo Jackie moviendo en círculos su mano; -si me la sé, pero la verdad siento la garganta seca...- dijo dejando el papel y avisando que iría por agua, salió de la cabina e Indivar cortó contacto con sus ojos.

-Indivar, iré por agua, ¿quieres algo?- preguntó tímidamente, ella no habló, Diana, que estaba sentada alado de ella, le ayudó -¿por qué no vas con él? Para que veas que se te antoja- dijo suave dándole un pequeño piquete en las costillas para que saliera de su trance.

-Eh...sí, gran idea...- se levantó y ambos niños salieron de la habitación Diana proporcionó una sonrisa de complicidad a los restantes hermanos Jackson y volvió a ver la revista en sus manos.

[...]

Indivar casi lograba matar de risa a Michael con lo que hacía con los pajitas para refresco en su boca, le gruñía cual animal mientras el mayor no quería quedarse atrás en bromas, así que tomó las servilletas más próximas y enrolladas sobre sus orejas sacó la lengua y cruzó los ojos meciéndose de lado a lado, Indivar no soportó más y escupió las pajitas para tomarse la barriga y comenzar a reír sumamente alto, eso contagió a Mike y él también comenzó a reír.

-¿Quién está haciendo tanto ruido?- se escuchó una voz elegante de mujer a la esquina del pasillo, -¡oh no!- fue la respuesta de Mike, -¡ven!- dijo tomándolo por la muñeca y yendo abajo de la mesa, ahí se llevó su dedo al labio para hacerle la señal de que guardara silencio, entre risitas lograron callarse del todo al ver la sombra del otro lado del mantel blanco y unos tacones se dejaron ver, pero de segundos se fueron a paso rápido.

Al perder el sonar de las bases tocar el suelo, ambos dejaron escapar una bocanada de aire mientras se miraban con una divertida sonrisa en sus rostros. De segundos recuperaron el aliento, y relajaron sus pies dejándolos sobre el suelo, mientras la tenue luz pasaba del mantel blanco.

-¿Asustado?- preguntó Indivar con mirada retadora, -¡para anda! ¡Fue tan emocionante!- dijo divertido, pero moderando su volumen de voz. Indivar se echó a reír, y fue ahí donde cruzaron miradas, Mike pudo observar esos mismos ojos que logró ver en aquella foto, pero ahora se veían más brillosos. Ambas miradas oscuras se iban acercando, hasta que, un tierno beso de niños de alrededor de 10 años podrían dar.

No duró más de 7 segundos y ninguno se movió, simplemente como se habían unido, se separaron, y el color rojo vivo inundó las mejillas de ambos, -es mejor que volvamos- dijo el mayor dejado pasar un par de segundos mientras evitaban verse a los ojos. -¡Uh! ¡Sí!- dijo moviéndose para salir, pero una mano se posó frente a ella, era Michael, le tendía la mano, sonrió tomándola y caminaron de nuevo al estudio, sin casi decir una palabra entraron, por el sonrojo evidente que poseía Indivar, la joven Ross podía sospechar, mientras que Mike,  algo en automático seguía la rutina, nadie tocó el tema de "se tardaron", "Indivar, ¿estás bien? tus mejillas están rojas". Y se los agradecía.

Lo prometo con el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora