Lo prometo con el corazón

#141

-Un par de semanas...

Se sentía preciosa, hermosa, de verdad que éste día no podría ser mejor, todo salió como se planeo, las pruebas, el vestido, la comida, el lugar para recibir a los invitados, la decoración, era todo perfecto...

-¿Me veo nerviosa?-cuestionó Indivar ante Sue y Debbie. Ya tenía el vestido encima, lindo, liso, pero con bello encaje en sus brazos y cola de vestido. -¿Qué dices? ¡Te ves de lo más relajada!- alzó Sue.

-¿De verdad?- volvió a preguntar. -¡Y mantente así!- alzó Debbie.

-¡Okey! ¡Okey!- se dijo así misma, mientras se miraba el vestido, y apretaba fuertemente su ramo en su mano.

-Mírate nada más- esa voz masculina, su padre, cerró la puerta detrás suyo, mientras admiraba a su hija.

-¡Superaste todas mis expectativas de belleza!- completó mientras buscaba un abrazo de su única niña. -Gracias papá- logró emular con voz delgada.

-¡Indivar!- esa fue Sue alterada, graciosamente alterada, llamando la atención desde la puerta, la organizadora estaba del otro lado entró ligeramente, para informar que ya iban a empezar, la tensión y nerviosismo se sentía en el ambiente pero era entendible, todos los presentes, desde Sue a Indivar habían supervisado la mayoría de la organización, todos querían que saliera todo a la perfección.

-¿Lista?- preguntó su padre, postrando ante su hija su brazo, -¿para hacer lo que dicta mi corazón? Siempre- lo tomó segura, se sintió nerviosa, pero no dudaría ¡jamás! Una de las mejores decisiones de su vida...su futuro...los nervios no se iban, era obvio, pero ésto era la gloria.

Y al doblar por la puerta, el aire fresco de un prado inundó su olfato. La boda sería en medio de una gran zona boscosa; los árboles les rodeaban, mientras que las bancas, mesas, columnas enmarcaban el altar, todo decorado con muchas flores, rosas y por supuesto, girasoles.

Al estar caminando por el amplio camino que combinaban césped verde y perfumado, con pétalos blancos, Indivar divisó tantas caras conocidas, familia de lejos y amigos cercanos...les sonreía a la mayoría que estuvieran en la orilla del pasillo donde ella con su padre estaban caminando.

Y al borde...Michael...quien al chocar miradas, y ser recibida por tan amplia sonrisa que su corazón en lugar de calmarse, dio un vuelco terrible en su pecho, no por intimidación, si no, la situación actual...¡se están casando!

Sintió como sus mejillas comenzaron a arder, estaba sonrojada, algo apenada, trató de calmarse...pero divisó a Michael en el trayecto hacia su descenso a la tranquilidad, el cual no ayudó nada al soltar una risita linda con esa bella sonrisa que tanto le caracteriza, sabía que esa expresión era de sentimientos auténticos, al verla sonrojada.

Habían llegado al altar, que al tratar de buscar alguna respuesta en su padre, los nervios de ver a Michael crecían en su pecho...pero la corriente eléctrica cuando su esposo tocó la yema de sus dedos...esa corriente desde su mano a todo su ser le hizo reaccionar, y la adrenalina junto con todos sus nervios...bajaron de 100 a 0...

Su mirada calma, su suave sonrisa, todo le transmitía que...todo estaba bien, todo saldría bien, estando con él ahora...

-Estás tan...hermosa...tan perfecta-apenas su voz le dio por su lado, su hilo le delataba que la mujer delante le dejaba sin palabras.

-Tú te ves muy bonito- respondió divertida, divertida en un intento de calmar sus nervios y disminuir el calor en sus mejillas, como apostaba que estaba de sonrojada.

Ambos compartieron una amplia sensación de felicidad, mientras no se dejaban de ver, sus miradas se habían encontrado por milésima vez en el día, y ésta ocasión era la diferencia, ambos estaban en su punto máximo de felicidad, provocado por el otro. La conexión mutua, se estaba dejando muy en claro, ésto era lo correcto, lo que dictaba y ordenaba su corazón...y le hacía generar una paz interior...