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-¿Podría?- la voz de Michael era más suave, pero se notaba algo de nerviosismo, Indivar por su lado de la línea, estaba estática, pero no aterrada, sólo quizá nerviosa...

Michael le había pedido pasar fechas Navideñas en Neverland, trayendo a su familia, pero por el lado de Jackson, quería invitar sólo a su madre, Janet, la familia de Omer y Frank.

Además, Diana, y Taylor deseaban con el alma conocer a la niña...

-Estoy de acuerdo- soltó, postrando una ligera sonrisa. -¡Ya verás! ¡Decoraré todo sólo para Leire!- alzó verdaderamente emocionado, pero...

-¿estás hablando con papi?- esa era su hija, entrando en conversaciones ajenas, -¡Oh! ¡Es Lei!- se escuchó a Michael feliz.

-¿Puedo?- alzó Leire, -Espera, Leire ¿cómo se dice?- se dejó oír a Indivar.

-por favor, por favor ¿puedo hablar con papi?- se escuchó responder a la pequeña vocesita, con ello, provocando una sonrisa en Michael y una satisfacción y confianza enorme.

Él deseaba educar a sus hijos de esa manera, a ser amables, entregar bondad...al escuchar eso, sabía que Indivar estaba haciendo un buen trabajo, bueno ¡jamás lo dudo!

-¡Hola papi!- se dejó oír la enérgica voz, -¡Hola cariño! ¡Mi niña bebé! ¿Cómo has estado?- Jackson sentía que el corazón se le salía del pecho al latir tan fuerte, se notaba que el amor que reflejaban las palabras de su hija, le hacían sentirse tan...en paz...

-¡Bien! Aunque te extraño- su vocesita se apagó ligeramente ¡Oh no! ¡No! ¡No! Ya Michael sentía el querer dejar los ensayos e ir a por su bebé y estrujarle en un abrazo.

-¡Yo también te extraño amor! Pero no falta tanto para volvernos a ver, ¿de acuerdo? Todo estará bien- alzó Michael, -mami dice que iremos a un show, ¿será tu show papi?- la vocesita de la niña emanaba ternura genuina, provocando desniveles de felicidad a plenitud en su padre.

-¡Sí amor! Me verás cantar y bailar en vivo en un graaaan escenario ¿te gusta la idea?- alzó Jackson, empleando un tonito de autentico enamorado.

-¡sí! ¡te veré cantar! ¡es un sueño!-exclamó la niña, en segundos aveces su voz se oía algo lejana, era por la emoción la cual buscaba la mirada de su madre, para compartir su sentir que se alejaba el teléfono de si.

-Bien, ¡estarán en primera fila! Sólo los mejores asientos para ustedes- alzó sonriente, la sólo idea le emocionaba tanto que por breves segundos ya deseaba empezar el Tour.

-¡Sí!- la niña exclamó feliz, era una felicidad genuina, Michael no pudo evitar soltar una risita, amaba ésto, oír a su hija, era un regalo de Dios.

-Leire, escucha dale el teléfono a mami, ¿sí? Debo decirle un par de cosas más, ¿de acuerdo?- habló aún sonriente, -Okey...-dijo, para a continuación un lejano "para ti" tierno se dejara oír.

-Te amo papi- soltó de último la pequeña niñita, con ello, provocando una ráfaga de felicidad en el hombre por profesión padre. -Te amo más Leire, ¡Te amo!- soltó ligeramente más alto, quería asegurarse que su hija lo escuchara.

-Michael- llamó Indivar, para avisar que ya tenía el teléfono en mano.

-¿Todo está bien por allá verdad?- preguntó algo bajo, -bien, acá, Leire te extraña- soltó mirando a su hija jugar en el suelo con sus múltiples juguetes, sonrió al verla jugar con emoción.

-¿De verdad? Yo también las extraño- él solo se dio cuenta de lo que acaba de decir, pero restándole importancia.

-pero ya pronto vendrán, ya sabes...yo voy a arreglar todo para traerlas a donde quiera que esté...-soltó suave. Provocando un ligero espasmo en el corazón de la más joven, sus palabras...sus palabras se escuchaban sinceras, dándole a entender que de verdad quería traerlas a las dos...

Lo prometo con el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora