#115

33 5 0
                                    

Nada de ésto le estaba sorprendiendo a Indivar, es más, lo esperaba, ya era Septiembre 5 de 1996, y todo el tiempo que estuvieron desde su llegada en Julio del presente año, todo fue trabajo, desde la puesta que se hizo para el cumpleaños del sultán de Brunéi, el 16. Hasta el cumpleaños de Michael, todo fue trabajo, pero...convivencia sana.

Y nada mejor que eso, le venía bastante bien, bastante bien a su bienestar mental y su corazón, para enfocarse solamente en una cosa. Su hija y su felicidad.

¿La razón? Michael estaba esperando un hijo. 

No le cayó como balde de agua fría a Indivar ya que todo fue por inseminación artificial. Hasta conoció a la mujer, por una foto verdad, pero la conoció, mínimo ya le ponía rostro a su nombre, Deborah Rowe, una enfermera muy cercana al equipo de Michael.

Fue una simple sorpresa el saber que Jackson está esperando a un bebé de esa mujer. Una simple sorpresa que le quito peso con el sencillo comentario departe de Michael...

-Indivar ya casi cumplo 40, la juventud la estoy dejando atrás y no quiero perder la oportunidad de tener hijos...-dijo bajo, -pero...¿Leire?- preguntó Dima.

-Bajo mi techo, conmigo las 24 horas, para el resto de mi vida, Leire no es del todo mía...-su tono de voz parecía triste, -sabes bien que siempre quise más de un hijo, Lei fue un milagro, pero no te voy a atar a ti a mi si quiero ver diario a mi niña- añadió mirándole por fin.

-Amo a Lei, es mi sangre, pero yo quiero la paternidad a tiempo completo- eso fue casi un susurro.

-Además, es totalmente aceptable el que quiera más hijos y los tenga yo por mi cuenta, digo, ya no estamos juntos- dijo, llamando a la mirada de la más joven, -totalmente- respondió firme.

-Al igual que tú- aunque hace segundos el tono de voz de Jackson era serio, ésta frase pareciera que le dolía, ¿podría?

-Puedes hacer tu vida de nuevo, sólo nos une Leire, ¿no es así?- pareciera que Michael tratase de buscar el mejor tono de voz, serio, pero no lograndolo del todo. -Pero no olvides que te estimo, no podría odiarte, eres el padre de mi hija- esa fue una gran ayuda.

Pero el corazón de Michael pareciera que le jugara mal, "no le odia" eso era buena noticia, "le estima" es otra buena noticia. Pero la suavidad con la que lo dijo le vino mal...

Su suave y perfecta voz, le hacía sentirse débil, débil ante ella, casi se sentía rogarle, rogarle que volviera a usar ese perfecto tono sólo para él y así sentirse nada ante ella, y sucumbir a tan atrapante, bello, pasional pero efímero momento.

Quería sacarse esa suavidad de tan perfecta voz de su cabeza, convenciéndose a si mismo que ese casi susurro por parte de Dima, era para ayudarle, ayudarle con la idea que él mismo había planteado "sólo nos une Leire, tú puedes hacer tu vida como yo ahora estoy haciendo"

Michael se había puesto la regla de no volver a tocar a Indivar, desde aquella vez...aquel encuentro, aquella noche, se prometió, se juró, no volverlo a hacer, ¿por qué?

Él solo se estaría lastimando, y lastimaría en algún momento a Indivar y eso podría traer muy malas consecuencias, era mejor aceptar lo que desde años pensó, "el solitario Michael Jackson" y siempre debió ser de ese modo.

Desde años atrás empezó a creer eso, pero hasta ahora se está dando cuenta que SIEMPRE debió ser así, tuvo una carrera sumamente exitosa, quizá el precio por eso, es estar solo.

El talento para manejar su voz a su antojo, ser sumamente ágil al bailar, fans fieles, éxito con cada canción que haga...la factura es...y será estar solo, o todo el que se acerque le caerá el peso del apellido Jackson.

Lo prometo con el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora