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Indivar no dejó que siquiera Michael supiera a que médico habían llegado.

-Podría conocer la zona- se defendió mientras tomaba la mano de su esposa y le retaba con una sonrisa, mientras caminaban a la puerta. -¡No! ¡No mires!- fue divertida mientras trataba de cubrir los ojos de su esposo, logrando sólo ligeros saltitos mientras Jackson le sostenía de la cintura para poder caminar, que al entrar la poca gente que ya le estaba esperando, ya sea equipo, o servicio médico giraron su vista a ellos, ambos ahogaron una risita al congelarse momentáneamente al llamar la atención de los presentes, por breves se sintieron como un par de adolescentes que simplemente juegan mutuamente entre cariños y risas, eso provocó una linda sensación en sus interiores.

Michael por su parte, admiró tan lindo perfil de Indivar, aún mientras ella sonreía, vaya que afortunado era, tan hermosa, tan ella, tan...algo que le encantaba...

Y se estremeció más cuando sus ojos le volvieron a mirar.

-Michael, el doctor dice que ya podemos pasar- su suave voz penetró rápidamente sus oídos, y cuando analizó rápidamente sus palabras, frente a él ya se encontraba un hombre en bata de médico.

-Oh, Buenas tardes- alzó recibiendo el saludo de mano que aquel doctor le estaba tendiendo.

-Doctor Pérez, un gusto recibirlos, por aquí- fueron sus simples instrucciones y les mostró el camino al elevador, de inmediato Michael sintió como Indivar enredó su brazo en el suyo para darle un ligero empujón a caminar.

Al entrar al elevador, Jackson cayó, ¿Dónde se encontraba? 

-¿Ya viste de que hospital se trata?- preguntó su esposa suave casi en susurro.

-No...-fue su mismo tono de voz, Indivar ahogó una risita burlona.

-¡Oye no es mi culpa que tú me distrajeras!- se defendió, -¿de que hablas Jackson?- cuestionó su esposa.

-Tu bella carita y angelical aura hechizante me sacó de éste lugar que ya ni supe donde estaba- respondió mientras llevaba la mano entrelazada de su esposa con la suya a besar. Ella no encontraba que decir, más que sonrojarse.

-Bien pues te ayudo a descubrirlo- respondió suave y estiró su mano a un costado suyo, donde varios panfletos del establecimiento estaban a disposición de los visitantes. Tomó uno y se lo dio a Michael.

Al tomarlo, las puertas del elevador se abrieron dando paso a que todos en su interior salieran, al estar dando algunos pasos, el pasillo pasaba a colores más pastel, fríos pero acogedores.

-Cariño ¿Dónde estamos?- cuestionó buscando la mirada de su esposa, mientras seguían a los que guiaban el camino, se lo preguntaba ya que esos colores no eran de un hospital tradicional.

-Mira mira- sólo logró susurrar mientras señalaba con su mirada que no perdiera más tiempo y leyera lo que Michael tenía en las manos.

Al hacerlo...

¿Tienes algunas dudas sobre tu embarazo? ¡Estamos para ayudarte!

Michael giró su mirada a ella, pero haciendo que detuvieran su paso.

-¿Indivar?- preguntó tan bajo, apenas audible. Buscando respuesta alguna en su esposa, pero ella sólo con una mirada totalmente iluminada con un brillo increíblemente bello, Michael no tuvo mejor respuesta.

Se llevó su mano a su boca ya que la sorpresa caía sobre él, algo en él no podía reaccionar, era...era...

-¿de verdad...estás?- su voz ahora estaba quebradiza, era seña de que el sentimiento podía con él y que en cualquier segundo podría llorar...

Lo prometo con el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora