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-¿Se encuentra bien señora?- dijo un sujeto al ver que Madonna, se sostenía de el mueble más cercano y se tomaba el estomago, -sí- dijo demasiado bajo la cantante...

Ya estaba en casa, pero seguía sumamente perdida mentalmente...

°°

La rubia, dejó que sus maquillistas y estilistas llegaran a ella y le empezaran a quitar su maquillaje y ayudar con sus atuendos...

Se sentía mal...verdaderamente mal, sentimentalmente, no estaba con los pies sobre la tierra, pero...¡esa no era ella! Madonna sabía que era fuerte, y todos y todas morían por ella...

Sintió pasar el pañuelo delicadamente por sus labios, volvió la vista a la realidad, ahí estaba la chica, según había escuchado por terceros, que ella, la mujer de maquillaje, gustaba enormemente de Madonna, y por el roce tan delicado, pudo notar como miró discretamente su escote...su escote que ahora era su bata de dormir.

Oía a las demás personas detrás de ella, acomodando cerrando y guardando cosas...

-Kate- alzó, llamando la atención de esa chica, la mujer se notaba tímida, que casi le sorprende que le estuviera mirando...así...

-Señora Madonna estuvo usted tan perfecta hoy, más temprano...-dijo en su defensa la chica, moviendo el pañuelo en sus labios, la cantante sonrió.

-escuchen, todos los de atrás- empezaba a hablar, girando sobre su hombro, -¡salgan!- dijo alzo forzado, sentía un pedazo de ira en su pecho.

La mujer alado suyo iba a hacer igual, movía rápidamente los cosméticos, se tenía que ir rápido, -tú no- dijo tomando algo rudo su muñeca, Kate, algo emocionada por escuchar esas palabras de ella le hicieron sonreír, pero en su interior.

La cantante miró hacía la puerta, un guardia estaba ahí, dejando pasar a todos, los que la cantante había pedido que se fueran,  y con sólo verla, cerró inmediatamente la puerta de aquel dormitorio...

-¿Señora Madonna?-alzó al notar y oír la acción.

-¡oh vamos! deja el "señora"- su voz era autoritaria, -sé lo que sientes, me deseas, ¡como la mayoría hace!- exclamaba mientras se levantaba.

-Sé que deseas besarme, sé que deseas mi amor, sé...- caminaba a ella hasta que a Kate la atrapó la pared.

-sé que deseas el cuerpo que siempre rozaste pero jamás tocaste- lanzó para dejar caer su bata por sus hombros, tan rápido como tocó el suelo, otra tela, de ceda mejor dicho, color negro cayó a pies de la cantante, la mujer acorralada en la pared, no se atrevió a bajar la mirada.

-Puedes resistir ¿verdad? ya que nunca estabas cuando las demás me vestían- al parecer todo era verdad, Kate empezaba a respirar más lento.

-¡pero ahora puedes hacerlo!- dijo llevando las manos de la mujer a su voluminoso cuerpo.

-¡hazme todo lo que quisiste desde un inicio! ¡ahora!- exclamó caminando a su enorme cama, aún con las manos de Kate sobre su cuerpo.

Al llegar a ella, se dejó caer, desnuda ante otra mujer, no era nuevo, para Madonna, ésto ya lo había probado, mejor dicho, lo que la mujer empezaba a hacer con un poco de vergüenza y sorprendida, tocar y pasar sus labios por unos cuantos segmentos, ésto ya lo había hecho, por allá de los 80's, con una chica de una cadena de televisión, por unos breves segundos encontró excitante el que otra mujer gustara de ella, y como Madonna sabía su belleza y su cuerpo, a la vez de los pensamientos de ajenos sobre ello; tuvo un encuentro con la joven...

Aunque sabía que ahora, Kate y ella sostendrían algo más duradero, SÓLO ésta noche, Madonna lo quería, quería sentirse poderosa, hace un par de horas, un sentimiento tan tonto le invadía el pecho...

Lo prometo con el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora