Cuando sientes que ya nada podía volver a ser como antes, aparece él, con su sonrisa, sus ojos, su mirada... Esa mirada que en un simple segundo te llena entera.
El tiempo pasa rápido, pero las agujas del reloj son capaces de marcar la hora exacta de cada beso, cada suspiro, cada mirada fija; una lucha intensa de a ver quien aguanta más.
Al final él acaba venciendo, eres débil, y ríes. Una risa tímida, cohibida, modesta... Pero soñadora. Sueñas que juntos llegareis a cualquier sitio, superareis cualquier obstáculo que se os ponga por delante, por muy grande que sea.
Y cuando se marcha, le das el último beso, ese beso de despedida que hace que desees más que a nada que se quede a tu lado; y le sigues con la mirada hasta que su imagen se desvanece a lo lejos. Y es ahí cuando te das cuenta de que por mucho que a veces digas que ya no puedes más y que quieres tirar la toalla, de que es ÉL, el único que sabe realmente como te sientes, el que te hace cosquillas cuando te ve con otra cara, el que te hace sentir cosas que jamás habías sentido. En definitiva, él es la persona que quieres junto a ti.
ESTÁS LEYENDO
Simples textos para adolescentes.
Teen FictionSolo lee y reflexiona. Llora si lo necesitas, no va a pasar nada... Yo estoy aquí. NO copias. NO edición. Todos los derechos están reservados. Si se intenta copiar, será sancionado.