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Me niego a creer en el azar, a creer que la forma en la que nuestras manos encajaban fue mera coincidencia, que no tuvo nada de especial el día en el que coincidimos por primera vez, y que toda aquella dopamina que derramaba a tu lado solo fue por culpa de la química que había entre nosotros. De todas formas, si hubiese algun tipo de fuerza que actuó sobre nosotros aquel día, la maldigo para siempre, no entiendo...¿por qué me puso a una persona como tú en mi camino y me hizo creer que era para mi, y luego se fue, tan rápido como vino, como una bala perdida por mi vida. Las estrellas ya me avisaron que no me llevarías a ellas, que ni las yemas de tu dedos me acariciarían el alma. Ya me advirtieron que no me mirarías como a él, ni de reojo, que de tu boca no saldría, ni un te quiero, sentí que no sentías lo mismo que yo. Porque sí, porque no eras para mí, porque soy adicto a los imposibles, a intentar encajar en corazones en los que no caben ni una pieza más, a intentar llenar el vacío con más vacío. Soy adicto a lo difícil, a pensar que podíamos haber sido tanto, tan bonitos juntos, y ni si quiera fuimos ni seremos ese cuento breve que estaría dispuesto a leer mil veces más. No soy para ti, lo supe cuando te vi con otro de la mano desde mi ventana, mientras tanto yo como un iluso alimentándome de esperanzas hechas añicos y tú besando otras bocas. Los amores imposibles se aferran al recuerdo, te ilusionan con sueños y cuando despiertas ya no están. Lo mismo ocurrió contigo, sin quererlo me vicié a ti desde el balcón, y qué bonitas vistas, por primera vez se cumplio la frase de:"vi mi vida pasar por delante de mis ojos." Y sí, llegó el día en que supe que lo nuestro no podía ser, pero no puedo evitar imaginarnos. De amores imposibles se construye el mundo, y también mi corazón, ese que susurra en sueños tu nombre, tu apellido, tu último adiós cuando te reiste nerviosa al preguntarte si tú también creías en el destino. Pero no me arrepiento de nada, preferí arriesgarme antes que quedarme con la duda. Como dicen; es mejor haber amado y perdido que jamás haber amado. 

Simples textos para adolescentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora