24.

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Los primeros diez minutos de camino a la plaza comercial habían sido silencio absoluto excepto por un canción que pareció gustarle a ambos de la banda poco conocida llamada "Mother Mother".


Tanto Tom como Tord querían hablar, querían romper ese silencio, querían eliminar aquella tensión pero no sabían que decir.


Tord aclaró su garganta en señal de que hablaría --Gracias-- dijo aún con la vista al volante.


--¿Sobre qué?-- preguntó Tom mirando de perfil al noruego.


--El permitirme acompañarte y sobre todo el poder acercarme a ti nuevamente-- aquello último lo dijo bajando el tono de su voz levemente. --Prometo no volver a lastimarte-- dijo, quito la mirada del camino rápidamente y miró Tom a los ojos.


--Yo sé que no fue tu culpa-- respondió Tom, realmente lo creía así, pues el sabía que era su culpa y nadie lo haría cambiar de parecer.


--El lado bueno es que no te marqué apesar de que perdí el control--.


--¿Marcar?-- preguntó el menor --¿De qué hablas?.


--¡Oh! ¿Edd no te lo ha dicho?-- dijo Tord viendo de reojo como Tom negaba con la cabeza prosiguió --Bien pues marcar es cuándo un Alfa muerde a un Omega por el cuello dejando una marca permanente sobre la piel que indica que ha sido reclamado y que tiene pareja, aún que apesar de eso hay muchos Alfas que no respetan el que un Omega haya sido reclamado--.


--No tenía idea-- respondió Tom.


--¡Si!, para eso son estos-- dijo Tord y el menor lo miró rápidamente mientras el Alfa sonreía de lado de manera exagerada para mostrar los colmillos dentro de su de boca.


Tom se sorprendió, no al verlos pues eran muy notorios siempre que el noruego hablaba, lo que le sorprendió era que no sabía el uso que tenían y más por que sonaba muy doloroso ya que eran muy grandes y... pensando en cosas grandes la imagen del miembro del mayor llegó a su mente provocándole un sonrojo muy notable, él lo sabía por el calor que sentía sobre su rostro.


--¡Llegamos!-- dijo Tord mientras estacionaba el automóvil.


Era una plaza de dos plantas con muchas tiendas dentro en las cuales encontraría todo lo que buscaba, incluso había restaurantes dentro en los cuales había comido alguna que otra vez con Edd.


Al bajar del auto el mayor se apresuró a llegar al otro extremo para abrirle la puerta al menor.


--G-gracias-- dijo, no sabía si era un acto de amabilidad o un acto de lástima por verlo como un a raza débil.


Para Tom todos lo veían como un ser débil incluso aquellos que no lo conocian, se le estaba volviendo un lío mental el hecho de ser un Omega.


--¿Adónde iremos primero?-- preguntó el Alfa al entrar a la plaza.


El menor pudo notar claramente algo que nunca había visto y que ahora presenció gracias a su paranoia, una gran cantidad de chicas posiblemente Omegas, pensó, miraron a Tord al entrar y no despegaban su vista de él.


--Y-yo-- las miradas lo incomodaban --quiero comparar una nueva cuerda para Susan he roto una la última vez--


--Bien-- respondió Tord mientras caminaba tirando de la mano del menor en dirección a la tienda de música en la segunda planta, nisiquiera lo dejó terminar de decir lo que quería comprar.


El día se les fue volando entre tienda y tienda  ya llevaban en las manos suficientes bolsas de compra que contenían, ropa, un repuesto para la cuerda de una guitarra, una corbata a cuadros negros y blancos entre otras cosas.


--¿Que tal si dejamos las bolsas en el auto y buscamos algo de cenar?-- preguntó Tord.


El menor asintió con una sonrisa en el rostro no podía evitar actuar de esa manera.


Caminaron hasta el auto y cuando Tord levantó la puerta trasera del auto para meter las bolsas Tom pudo ver claramente como la sudadera y camisa del mayor se levantaba a causa de la acción lo que le permitía ver su abdomen algo trabajado.


--¿Te gusta lo que ves?-- Tord pudo ver al menor que lo observaba, por el reflejo del auto estacionado a un costado.


--¡Eh!-- La cara de Tom era de vergüenza total. --Y-y-o lo siento--.


Tord caminó hasta estar frente al menor y lo tomó delicadamente por las caderas.


--¿Tord?-- dijo el menor ante la cercania.


--¿Puedo besarte?-- preguntó el noruego que aún temia hacer algo que Tom no quisiera.


Tom lo miró a los ojos por unos momentos, sentía su rostro arder y la respiración del mayor cerca de él tampoco ayudaba.


--Por favor-- respondió el menor casi como una súplica.


Y así se unieron en un beso algo tímido al principio por parte de ambos, Tord sostenía ahora firmemente las caderas de Tom y este descansaba sus manos sobre los hombros del mayor.


Poco a poco el beso comenzó a volverse más apasionado, se separaban a tomar algo de aire, se miraban a los ojos ambos jadeando, con un sonrojo sobre sus rostros y volvían a unir sus labios.

Sálvame » OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora