52.

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El Omega abrió los ojos poco a poco sintiendo ya con solo el peso de sus parpados el cansancio de su cuerpo.

La tenue luz del día nublado llegaba a los pies de la cama vacía en la que se encontraba.

--¡Agh!-- se quejó al ponerse de pié con dificultad, el frío de la habitación comunista erizaba su cuerpo desnudo.

Camino hasta el baño sintiendo sus piernas pesadas y un dolor punzante en la espalda baja, fue hasta estar frente al espejo de tocador que notó aquella gran herida sobre su cuello.

Una impresión exacta y precisa de la mandíbula ajena, no tenía idea de lo profundo que habían llegado los colmillos o incluso los dientes, pero podía darse una idea al ver la gran cantidad sangre seca sobre su hombro y el color verde y morado que adoraban los alrededores de la mordida.

Suspiró pesado con las manos a cada extremo del lavabo de porcelana deseando con todas sus fuerzas que aquella herida se convirtiera en su marca definitiva.

Abrió el grifo y se metió a la bañera sintiendo un alivio al contacto con la temperatura del agua que de a poco llenaba la estancia.

Minutos después se encontraba frente al espejo de su propia habitación portando su típica ropa de siempre una sudadera azul marino, jeans negros y Vans a cuadros.

--Maldito-- pronunció con enojó al mirar de cerca el ahora tenue moratón sobre su ojo izquierdo, golpe cortesía de Hellucard.

Caminó por el pasillo sintiendo aún su cuerpo doler, escuchando la voz de sus amigos a la lejanía.

Tom se había bañando, vestido como siempre y estaba dispuesto a no emitir ningún sonido de queja o dolor frente a cualquier miembro de la casa, quería evitar a toda costa que sus amigos le hicieran preguntas incómodas sobre la noche anterior.

--Muy bien aquí vamos-- habló para si mismo al verse frente al desafío de bajar las escaleras lo más normal posible.

Respiró hondo victorioso y entró a la cocina -Buenos...-- no pudo terminar su saludo.

Matt, Edd y Tord corrieron acercándose a él.

--¿Estás bien?--.

--¡Ven deberías sentarte!--.

--¡Yo traigo una silla!--.

--¡Tu desayuno está listo!--.

--¿Te duele algo?--.

El menor no comprendía la situación, ni en sus peores resacas sus amigos se habían comportado de esa manera.

Lo habían sentado en una silla del comedor la cual tenía un cojín del sofa para que se sentara, le sirvieron el desayuno y un jugo de naranja para beber.

--¡Alto ¿que les pasa?!-- preguntó aturdido una vez que todos tomaron asiento.

--Tuviste una noche difícil-- dijo Tord con preocupación.

--¿¡Que?!-- exclamó Tom con un ligero sonrojo --En primera eso no es cierto y en segunda esto es humillante-- dijo levantando a la vista de todos el cojín en el cual lo habían sentado, tirandolo al suelo y lamentando internamente su decisión.

--Nos preocupamos por ti porque somos tus amigos-- habló Edd con dulzura desviando su mirada a los brazos del menor colocados sobre la mesa, recibiendo una mirada con un aire de molestia por parte del noruego.

--Lo sé Edd-- respondió dedicándole una sonrisa.

--¿Cómo te sientes?-- le preguntó Matt alegre.

--Bien ya sabes-- dijo señalando su ojo morado mientas comía su desayuno.

Un gruñido se escuchó por parte de Tord al recordar el accidente en "Asdf Land" de apenas unos días.

--¿Tom podría ver tu mordida?-- preguntó tímido el castaño quien siempre tuvo curiosidad por ver la mordida de un Alfa.

--Mmm claro-- respondio el rubio digiriendo su desayuno.

--No-o no creo que sea buena idea-- le dijo Tord a Edd mientras se acercaba al menor, sabía que había usado demasiadas fuerza sobre la mordida.

El castaño camino hasta estar cerca de el Omega ignorando por completo la advertencia del noruego.

Su curiosidad era mayor.

--¡Oh por dios!-- exclamó el amante de la cola al descubrir la herida bajo la sudadera, los tonos verde y morados sobre la palida piel lo alertaron --¡Tord!-- dijo en un grito de molestia --¡Te dije que fueras cuidadoso!--.

--¡Lo fui lo prometo!-- se defendió levatando las manos al aire y encojiendo los hombros.

--Descuida Edd no me duele-- habló Tom entre risas al ver la expresión de enojo en el rostro de su amigo.

El comentario del menor provocó al castaño Omega recordar las marcas escondidas bajo aquella sudadera azulada.

--Tom-- Edd lo llamo mientras lo miraba terminar su desayuno, el silencio se volvió incómodo y tanto Matt como Tord sospechaban de que era lo que quería hablar.

--¿Sí?--

El amante de la cola no sabía como poner sus ideas en orden y preguntar de una manera cuidadosa, sabía que no era un tema fácil de hablar.

--¿Am Edd?-- preguntó el menor al no recibir respuesta alguna de quién lo había llamado.

--¡Lo olvidaba!-- pronunció Matt rompiendo el silencio evitando tocar el tema --¡El bolante!--.

Las miradas de Matt y Tord eran cómplices en ese momento.

--¡Ah! cierto era eso-- habló el castaño comprendiendo que no era el momento indicado.

--¿Que es eso del bolante?-- preguntó el Omega mirando a el Alfa a su lado quién se encogió de hombros en señal de no saber del tema.

--Nos han dado un bolante publicitario ayer en la plaza sobre descuentos en diversos salones de fiestas, es decir un gran descuento-- explicó el pelinaranja colocando dicho papel sobre la mesa.

Tord tomó el papel magenta en sus manos leyendo las pocas palabras en éste "Gran Oportunidad" se leía en amarillo --¿Piensan dar una fiesta?-- preguntó aún con la vista sobre el anuncio.

--Más bien...-- habló Edd recuperando su ánimo mirando a su pareja --Matt y yo pensamos en una boda doble--.

--Nosotros cuatro, las dos parejas-- dijo el pelinaranja señalando con el dedo a los presentes.

Tom y Tord se miraban entre ellos y luego a sus amigos, con los ojos bien abiertos atónitos ante la idea.

--¿¡B-b-bboda?!--.

Sálvame » OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora