14.

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Tom abrió los ojos perplejo al descubrir a la persona parada bajo el marco de la puerta, su miedo lo atacó y con la ayuda de sus manos y pies empujó su cuerpo hasta chocar bruscamente con la cabecera de la cama de hospital en la que se encontraba.


--¡Tranquilo, tranquilo!-- habló Tord levantando su mano en señal de que se detenga --No he venido a lastimarte lo prometo, he venido por que te debo más que una disculpa--.


Pasaron algunos segundos de silencio en los cuales Tord se sentía morir.


--Te escucho-- finalmente dijo Tom, su voz era muy apagada.


--Bueno quiero decir que realmente lo siento perdí el control de mi mismo, yo nunca te lastimaría-- explicó Tord -- Yo... Quiero decir tú, me gustas Tom por eso nunca en mi sano juicio me atrevería a forzarte... Pero en esos momentos no me encontraba en mi sano juicio, no sabes como lo lamento-- bajó la mirada avergonzado.


Tom se sorprendió tras la confeción de afecto del mayor nunca lo habría imaginado, él sentía algo por Tord de todas formas pero no lo admitiría, no ahora, no en este estado, no en estas circunstancias.


--¿Qué fue lo que te sucedió entonces?-- preguntó el menor evadiendo la confeción.


--Yo no sabía que tu...-- dijo Tord y hubo un silencio --Qué eras un Omega y mucho menos que estabas en celo, creo que ha sido eso--.


Tan pronto como el mayor término de hablar Tom comenzó a llorar, olvidó por completo su miseria, que el destino decidió que sería un Omega una raza inferior, así lo pensaba él.


--¿He-e dicho algo mal?-- preguntó nervioso el noruego mientras caminaba en dirección a la camilla, caminaba hacia Tom.


--¿Por que he sido un Omega?-- dijo entre sollozos --Soy una basura, la escoria de las sociedades--.


Tord se sentó al borde de la cama junto a Tom, lo envolvió en un abrazo de consuelo y lo dejó llorar en su pecho.


--¡Oh Tom! no lo eres-- le decía Tord mientras frotaba con cariño su espalda --Los Omegas son razas increibles son capaces de traer a montones de Alfas babeando por ellos entre otros dones únicos--.


--¿Cuáles otros dones?-- preguntó mientras levantaba la mirada para ver al mayor a los ojos.


--Cuando llegue el momento te lo mostraré si me permites-- respondió Tord. --Además Edd es un Omega y es una de las mejores personas que he conocido-- cambió de tema.


--Es verdad...-- Tom comenzaba a tranquilizarse.


Unos minutos pasaron en los cuáles el mayor consolaba a Tom, aún entre sus brazos y espero a que aquel llanto de dolor cesara.

--¿Estás listo para ir a casa?-- preguntó Tord.


Observó como el menor colocaba una mano sobre su espalda baja en señal de que aún le dolía.


--No te preocupes yo te cargaré a dónde necesites-- exclamó Tord.


Y así fue como después de algunas indicaciones del doctor hacía Tom sobre el tiempo el cual debía esperar para tener relaciones sexuales lo cual para él era irrelevante pues no tenía pareja y el como prevenir futuros abusos, se vistió de nuevo con su sudadera azul quitándose la bata de hospital.


Tord lo llevaba en brazos mientras caminaban a la salida y una voz entusiasmada llegó a sus oídos.


--¡Tooom!-- gritó Edd corriendo hacía ellos --Me alegro que estés bien--.


--Nooos alegramos-- agregó Matt acercándose también.


--Gracias chicos-- agradeció Tom con una sonrisa algo cansada. Algo no andaba bien.


Los chicos se dirigieron al auto y Matt condujo de vuelta a casa, una vez llegaron Edd subió a la habitación de Tom a cambiar las mantas de la cama. Un mal recuerdo.

Sálvame » OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora