Sálvame » Omegaverse

35.

Un sentimiento de miedo y preocupación lo comenzaba a dominar. La peor combinación.

Tom se levantó de su asiento posicionado en la cabecera de la mesa, seguido de un estrepitoso rechinar de la silla contra el suelo debido a su rápido movimiento.

Las risas de la conversación frente a el cesaron y todos sus amigos lo miraban expectantes.

--¿Tom?-- preguntó Matt.

--Yo...-- logró decir --estaré en mi habitación creo que ya no tengo hambre-- dijo el menor hablando más rápido de lo habitual.

Los chicos dentro de la cocina se quedaron en un silencio confuso he incómodo mientras que a lo lejos escuchaban la puerta azotarse.

--Iré a ver que pasa-- dijo Tord poniéndose de pie pero antes de que pudiera comenzar a caminar el contacto de la mano de Edd sobre la suya lo detuvo.

--¡Tord no!-- exclamó el castaño --Conozco más a Tom, lo mejor es esperar a que se tranquilice--.

Tord lo miró a los ojos por unos segundos algo indeciso, en el fondo su corazón le advertía que aquello era su culpa.

--Él tiene razón Tord-- habló Matt apoyando a su pareja --Tom podrá ser un Omega pero molesto es muy peligroso--.

A la mente del mayor llegaron recuerdos muy antiguos de las veces que el Omega aún sin saber su raza le había hecho daño a golpes, rasguños, entre otras heridas durante aquellos tiempos en que se molestaban incluso parecía que se odiaban cuando realmente solo desquitaban su enojo y frustración él uno con él otro.

--Si, esta bien...-- dijo Tord dejándose caer de nueva cuenta sobre su asiento frente a la mesa.

Los chicos continuaron con la conversación aún que el mayor algo distraído.

Unas cuantas horas desde el desayuno habían transcurrido, suficientes para que Tom se hubiese tranquilizado.

--Iré a ver como está-- dijo Tord a la vez que le entregaba a Edd el mando de la Wii pues su turno había terminado o más bien había sido derrotado al no estar pendiente de la partida.

--Si-- hablaron ambos chicos ya adsortos dentro de su nueva carrera.

Tord subió las escaleras tomándose el tiempo necesario para pensar en algo que pudiese haber molestado a Tom, lo único que se le venía a la mente era tal vez que el menor había estado muy ebrio la noche anterior como para controlar las palabras que salían de su boca.