53.

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El eco de las zapatillas de las enfermeras lo ponían aún más nervioso, nunca le habían gustado estos lugares y sus piernas en constante movimiento lo delataban.

--¡Argh!--- se quejaba por lo bajo irguiendo el cuello de su sudadera para ocultar las heridas sobre su cuello, él sabía que nunca sería de esos Omegas que presumen por todo lo alto la marca de su Alfa.

--Tranquilo todo saldrá bien-- decía Tord quién estaba sentado a su lado en la sala de espera de aquel hospital.

El rubio suspiró tratando de calmarse, estaba nervioso, preocupado y algo molesto ya que Edd había hecho una cita con un doctor sin consultarlo antes.

Pero en el fondo comprendía la angustia de su amigo pues él también quería cerciorarse que la mordida de Hellucard se borrara de su cuello.

--Además-- dijo Tord con un tono más animado en su voz sacando al Omega de sus pensamientos --Si no funciona la mordida que te he dejado, siempre podemos intentarlo otra vez-- terminó de decir levantando las cejas en un muñeca de picardía.

--¡Te odio!-- exclamó Tom conteniendo la pequeña risa que le había arrancado el contrario, dispersando de a poco su angustia.

Unos cuantos minutos habían pasado en los que el silencio entre ambos era muy cómodo.

--¿Paciente Thomas?-- mencionó una enfermera provocando de ambos mirarán en su dirección, una chica joven de uniforme y peinado impecables.

--Soy yo-- afirmó el Omega poniéndose de pie seguido por su pareja quién automáticamente robó un par de miradas de las Omegas más cercanas.

--Por aquí por favor-- les indicó mientras caminaba por un largo pasillo de pisos relucientes --El doctor los recibirá en un momento, por favor tomen asiento-- dijo al abrir una puerta hecha de un cristal azul opaco.

La chica se retiró con el sonido de sus zapatillas a la lejanía dejando a ambos chicos en una habitación con una luz blanca casi cegadora.

Un intenso aroma a medicina inundó sus fosas nasales pero también un apenas perceptible olor a Alfa fue captado al instante por Tord quién miraba todo a su alrededor mientras tomaba asiento en un gran sofá color marrón.

La habitación era muy amplia con un toque minimalista, un sofá marrón al frente una camilla de chequeo, un escritorio de madera oscura, un piso reluciente y muchas estanterías con medicamentos de todo tipo.

--¿Te encuentras bien?--preguntó el mayor a Tom quien no había dicho palabra desde que enteraron a la habitación.

--Estoy bien-- dijo sin mucho ánimo tomando asiento junto a su pareja.

La mente del rubio era un lío temía que aquel intento de mordida en el accidente de Asdf Land se quedara como definitiva, los recuerdos del momento se repetían en su mente sin que el pudiera detenerlos inclusive había noches en las que tenía pesadillas con aquel chico de camisa negra que lo ataba y lo desvestia, despertaba agitado bañado en sudor frío y aun que no lo admitiría una cuantas lágrimas brotaban de sus ojos negros más por impotencia que por tristeza.

Tord miraba a su pareja junto a el, hundido en sus pensamientos sin ninguna expresión sobre su rostro, sabía que su Omega no era muy expresivo pero podía imaginar las cosas tan horribles que seguramente su mente le recordaba.

El sonar de la perilla de la puerta provocó que ambos voltearan a verla, saliendo rápidamente de sus pensamientos.

--Buenos dias-- exclamó amable un hombre mayor mientras ingresaba a la habitación con unos papeles en mano.

--Bueno días-- exclamó la pareja mientras seguían con la mirada las acciones del Alfa frente a ellos.

--¡Muy bien! ¿que tenemos aquí?-- preguntó el Doctor curioso acomodando sus anteojos para mirar a los chicos frente a él.

Ambos se miraron nerviosos sin saber exactamente cómo explicar la situación del Omega.

--Yo..-- comenzó a hablar Tom con un tono de cansancio y fastidio --Fui marcado dos veces--.

Un silencio se formó mientras el Doctor anotaba lo dicho sobre los papeles.

--¿Y esto ha sido...?-- preguntó el Doctor de manera sincera mirándolos.

--Un descuido de mi parte-- Tord se precipitó a responder denotando culpa en su voz.

El noruego se sentía muy mal por la situación la culpa lo consumía y la tristeza lo inundaba al sentir que le había fallado a su Omega.

--No es...---Tom lo miró con desapruebo estaba apunto de negar lo dicho por su Alfa.

--Un accidente, comprendo-- lo interrumpido el Doctor y Tom asintió con la cabeza.

El hombre mayor hablaba tranquilo y parecía que realmente comprendía la situación y la vergüenza que el menor sentía al tocar el tema.

--Muy bien miremos la herida-- ordenó mientras sacaba de la gaveta unos guantes de látex de color azul --Toma asiento en la camilla por favor--.

El rubio obedeció, tomó asiento sobre la camilla y retiró su sudadera para permitirle al Doctor una mejor vista de su cuello, no sin antes cubrir sus brazos con la misma prenda.

Aquel hombre mayor camino hasta Tom bajo la antenta mirada del de rojo quién también se encontraba muy nervioso.

--¡Vaya!-- exclamó analizando las heridas sobre el cuello de menor --He de suponer que la más reciente es tuya ¿cierto?-- habló y miro a Tord quién aún estaba sentado a su lado

--Si-- afirmó el noruego.

El Doctor continuó analizando las heridas con una lámpara especial y una lupa que permitía ver que tan profundo habían llegado los colmillos de ambos Alfas.

--Gracias Thomas-- agradeció el hombre para después retirarse a su escritorio y realizar más anotaciones.

Tom colocó su sudadera azul devuelta y caminó hasta tomar asiento junto a su pareja, los nervios lo comían por dentro y sentía sus manos sudar ante la noticia que el Doctor le daría.

El hombre terminó de escribir acomodó sus anteojos y los miró --Al parecer las heridas son muy recientes como para saber con exactitud cuál será la definitiva-- exclamó mirando al Omega frente a el llevar las manos sobre su cabeza en desesperación --Sin embargo la primera herida no fue una mordida de marca--.

--No comprendo-- habló Tord frunciendo el ceño sin comprender que era lo que el hombre mayor quería decir ¿una marca sin ser marca? ¿Eso era bueno?.

--Hacía ya mucho tiempo que no veía algo como esto-- dijo, los ojos negros y expectantes frente a él hacían que el aquél hombre mayor tuviera un leve presentimiento del porqué de aquélla mordida --Una mordida temporal, así se le llama, solía usarse hace mucho tiempo para que los padres del Omega que había sido marcado temporalmente tuvieran tiempo de decidir si aquel era el Alfa correcto para su linaje--.

--¿Es decir que la marca se borrará con el tiempo?-- exclamó el Omega casi en un grito de felicidad nada característico de su personalidad.

--Así es-- afirmó el Doctor sin embargo la expresión del hombre no era muy entusiasta a comparación de los chicos frente a él.

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Quiero tomarme el tiempo para agradecerles de todo corazón a todos los que escribieron en mi muro, que me mandaron mensajes o incluso en la misma historia me mandaron apoyo, fuerza y sobretodo me tuvieron paciencia. Gracias de verdad por ustedes es que he recuperado el valor de volver.

Rulah ha vuelto.

Sálvame » OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora