48.

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--Tu no pero yo sí--.

Esa frase provocó en el menor un escalofrío que recorrió toda su espalda y erizó sus vellos aún bajo el agua.

No tenía palabras más bien un pequeño miedo lo invadió y como no hacerlo si estaba desnudo frente aún Alfa en celo que cabe mencionar ya ha perdido el control de sus instintos.

--No te haré ningún daño-- dijo Tord tras el silencio que se había formado.

Tom levantó la vista mirando a los ojos al noruego quien estaba de cunclillas junto a la bañera, los ojos ajenos se veían cansados o tal vez increíblemente tristes.

--Lo sé Tord-- afirmó sonriendo y relajando su cuerpo notoriamente dejando caer sus hombros.

Y así procedió el baño con nada fuera de lo común, el menor lavaba su cuerpo y Tord masajeaba su cabeza con sus manos entre la espuma.

Apesar de los esfuerzos de Tom por no mirar la entrepierna del noruego no era capaz de ignorar el bulto y la notable mancha oscura acausa de humedad que ya hacía sobre los jeans ajenos.

La mordida fue desinfectada y cubierta con un parche curita, los cortes sobre sus brazos comenzaban a difuminarse gracias al tiempo y el golpe de su ojo sanaria sin problema.

--Espera-- ordenó el Alfa a quien se encontraba enmedio de la habitación envuelto en una toalla roja.

Tord se acercó al armario de madera oscura frente a su cama, rebusco entre cientos de conjuntos de ropa en tonalidades rojas hasta por fin encontrar lo que buscaba.

--Aquí tienes-- dijo extendiendole al menor una muda de ropa interior color azul que era de su pertenencia junto a una camisa de un rojo muy tenue.

Los colores se le subieron al rostro al reconocer aquella prenda --¡Joder Tord!-- exclamó arrebatando la ropa de las manos contrarias tras escuchar una risa reprimida --¿Por que tienes esto?--.

--¡Aah! Hablas de tus boxers-- respondió Tord tratando de hacerce el tonto --Los tengo de aquélla vez ¿recuerdas? Cuando salimos de la fiesta de Paul y Patryck--

--¿Pero acaso no estaban? ...Tu sabes-- preguntó el menor con vergüenza.


--Me tomé la libertad de mezclarlo con demás ropa en la lavadora-- habló respondiendo la duda del menor.

--Gracias--.

--Bien vístete, dormirás en aquí en mi habitación-- ordenó Tord mientras caminaba hacía la puerta y desactivaba el broche.

--¿Cómo? P-pero tu estás en celo ¿cierto?-- habló más rápido y más alto de lo que hubiera deseado.

--Si es cierto, es por eso que yo dormiré en la sala de estar pero tu debés permanecer aquí, no sabemos aún si esa mordida sobre tu cuello fue lo verdaderamente efectiva como para que aquél Alfa pueda rastrearte con el olfato-- explicó Tord señalando el cuello de Tom desde su posición en la puerta de la habitación --El olor de mi habitación y mi ropa te ocultaran si es necesario--.

--Entiendo-- Tom bajo la mirada al suelo y su voz volvía a ser melancólica.

Era cierto, tal vez esa mordida había sido suficiente como para marcalo había olvidado lo que él mismo no quería hacer y era dejar que sus ilusiones lo cegaran pero después de todo así funciona la mente humana, tratando de ignorar o en el mejor de los casos olvidar aquello que causa pesar y dolor.

¿Realmente funcionaría eso de sobre poner la mordida de otro Alfa? Nunca había escuchado algo similar.

--Descansa estaré abajo si me necesitas-- escucho decir a Tord mientras cerraba la puerta de la habitación.

El menor se quedó a oscuras de pié en medio de la habitación tratando de apartar de su mente toda posible escena que le advirtiera lo malo que podría ser su futuro de ahora en adelante.

Se visto con la ropa que se le entregó, una camisa roja desgastada por el uso con el logo amarillo de la antigua unión soviética y sus boxers azules que habían desaparecido.

Miró el reloj digital sobre el mueble de noche "7:03 a.m" se sorprendió al ver lo tarde o temprano que era según se mire, no sabía cuando tiempo duró aquél baño o el camino a casa en el cual estuvo inconsistente o incluso su rescate en "AsdfLand".

Tal vez su vida sería más ordenada si el también tuviera un reloj digital sobre su mueble de noche.

Se sentó sobre la cama haciéndose un espacio entre las sabanas blancas para poder dormir, el olor a Alfa que despedía la cama y las prendas comenzaba a hacerse notorio.


Aquél olor se volvía fuerte de momentos, seguro era por estar el la habitación de un Alfa previamente en celo.

--¡Arg!-- dejó escapar un gruñido, sentía que había algo que no lo dejaría dormir.

Sálvame » OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora