Capítulo 5. Atención Dispersa.

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Me envolvió en un abrazo y lo estreché contra mí, por más que intentara no podía contener las lágrimas. Simplemente, salían como si hubiesen esperado toda la vida este momento.

-Lo siento...- Solté en un quejido.

-Está bien...-Respondió.- Ahora lo sabes.

Y estaba en lo cierto, ahora todo se sentía diferente. No se podía describir en palabras, algo había cambiado.

-Esto ahora te pertenece- Sacó de su bolsillo un brazalete, el de Lisa.

Me mordí el labio tratando de reprimir otro quejido y lo tomé, mirándolo con nostalgia. Sonreí.

-Gracias.

Ahora una Lisa sonriente, vestida de ángel, se despedía de mi como diciendo que finalmente éramos libres.

***

-¡No entiendo nada!- Exclamó Rudy.- ¿Cómo es que se conocen? ¡Y no entiendo porqué estas llorando!

-Es una larga historia- Sonreí.- Prefiero contártela luego.

Estaba totalmente confundida, pero dada la situación, se mantuvo en silencio y no hizo más que tomar sus cosas y prepararse para su siguiente clase. Se despidió con la mano.

Me dejé caer en la cama y estuve un buen rato pensando en todo, luego la alarma de mi celular me recordó que tenía clases de gramática. Salí disparada sin antes acomodar un poco mi maquillaje que se había chorreado en mi rostro por completo.

De camino al edificio de aulas, a lo lejos, divise a Ian caminando tranquilamente junto...a una chica.

¿Era enserio? ¿Acaso tenía un radar especial para Ian?

Para mi suerte estaba muy lejos, así que no podía verme. Desvié la mirada y seguí con mi camino. Mientras menos nos viéramos, todo seguiría su curso y al final todo estaría bien.

-Señorita Anna.

Una voz me hizo detenerme justo antes de colocar mi bolso sobre el asiento, era mi profesor de gramática, el señor Castellanos, era español.

-¿Si?

-¿Fuiste tú la que escribió este ensayo?- Sacó una pila de papeles y rebuscó entre ellas, me extendió la hoja perfectamente lisa sin ningún detalle.

Leí el titulo y asentí en afirmación, se trataba de un documental que había visto sobre la pobreza en áfrica.

-Está muy bien redactado, y la prosa es muy clara- Soltó y se acomodó los lentes.- Muy bien.

Sonreí y me dirigí a mi asiento.

Ian

Uno, dos, tres, cuatro...

-¿Entonces vendrás?

Uno, dos, tres, cuatro...

-No lo sé- Dije con dificultad.

-¡Siempre dices lo mismo, me cansé de rogarte Ian!

-Siempre llamas en un mal momento...-Me quejé.

-¡Siempre es un mal momento!- Replicó.

-No tienes suerte- Dije cortante.

Uno, dos, tres, cuatro...

-¿Y cuándo se supone que es un buen momento?

Uno, dos, tres, cuatro...sube, baja, sube, baja, izquierda, derecha, centro...

Amigo de la Infancia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora