Capítulo 7. Por una sudadera.

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Lo miré estupefacta.

¿Quién se creía que era para decirme eso?, ¿Y por qué diablos se molestaba? Apreté los puños y me di la vuelta en su dirección.

-¡Ian!- Grité, este ni se inmutó.

¿Qué era lo que quería lograr?, ¿Herirme? Reí internamente. ¡Por supuesto que no! Ya estaba harta de todo esto.

-¡Te estoy hablando!- Continué y aceleré el paso, pero él ni se dignaba a volverse para afrontar la situación.

Respiré hondo y entonces tomé mi zapatilla y se la arrojé directamente a la cabeza. Este se detuvo abruptamente y tocó la zona en cuestión, se volvió mirándome con sorpresa.

-¿Ahora si tengo tu atención?- Dije cortantemente.

-¿Estás loca?

-Tú eres el que ni se digno a dar la cara, ¿Crees que puedes venir y decirme lo que quieras e irte sin más?- Me crucé de hombros y lo fulminé con la mejor mirada que pude.- ¿Qué diablos es lo qué pasa contigo?

Bufó.

-¿Sabes qué es lo que pasa?- Apretó la mandíbula.- Que no soporto esto, no soporto tener que estar lidiando contigo en esta maldita universidad.

Lo miré y me sentí... ¿decepcionada?

-¿Ah sí? Pues coincidimos, tampoco soporto tu presencia aquí, sin embargo aquí estamos ¿No es así? Además tengo cosas más importantes en que pensar que estar todo el tiempo buscando la manera de no toparme contigo... ¡Pero adivina que! El campus no es tan grande.

Sonrió con amargura y duró un momento en silencio.

-Se acabó, no necesito esto- Dijo fastidiado y comenzó a caminar de nuevo.

-¡Oh no!- Lo tomé del brazo.- No te irás, ¿Qué es lo qué sucede? Sé que no es todo Ian, ¡Dilo de una buena vez!

Comencé a sentir una extraña sensación en el pecho.

-No hables como si me conocieras, no tienes el derecho de hacerlo- Me miró con desdén.

Bufé.

-Desgraciadamente lo hice-Repliqué cortantemente.- Habla de una buena vez.

Sonrió de lado.

-¿Quieres saber? Pues aquí tienes- Se acercó.-La verdad Anna es que yo lo sabía... y aun así decidí ignorarlo todo. No me equivoque contigo, sabía que eras como las demás...-Negó.- Una cualquiera.

Lo empujé.

-¿Tú que vas a saber de mi?- Dije estupefacta.- ¿Qué soy una cualquiera? ¡Una cualquiera!- Di una gran carcajada.- ¿Solo porque no hice lo que tú querías? , ¿Porque quise tomar mi propia decisión? Lo que era mejor para mí.

-¿Lo mejor para ti?- Me miró incrédulo.- ¡Lo que hiciste fue abandonar, como una cobarde!

Negué y volví a empujarlo.

-Es mentira.

Entonces rió como si no se lo creyera.

-¡La verdad es que tu no sabías que rayos era lo que querías!- Dijo cortante.- ¡Y yo...! Como un estúpido, maldita sea. Tu...- Se calló y me miró con esos ojos... algo había cambiado en su mirada.

Pase saliva y traté sostenerle la mirada, pero no podía... algo me detenía.

-Tú arruinaste todo.- Dijo finalmente.

-¿Y qué hay de ti?- Solté.

-¿Qué hay de mí Anna?- Bajó la voz, me intimidó con su mirada.- Lo único que hice fue corresponderte cómo un maldito idiota ¿Ese fue mi error?

Amigo de la Infancia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora