Capítulo 20. Mi bebé.

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Finalmente ya había terminado el último ensayo antes de la boda, y para mi sorpresa casi todo estaba listo salvo por unos pequeños detalles. Cat y Antoine se ofrecieron a llevarme al aeropuerto pero quedaron estupefactos cuando Jason se ofreció. Miraron mi rostro de total serenidad y se encogieron de hombros al ver que no había chistado.

Si, ahora no existía resentimiento en mi corazón. O por ahora, eso era lo que creía.

Eran casi las cuatro de la tarde. Jason y yo íbamos en total silencio, cada uno absorto en sus propios pensamientos. Lo miré de reojo, su cabello caía por sus ojos, de vez en cuando pasaba su mano para quitarlo y no sabía porque esa simple acción me parecía atractiva.

El camino hacia el aeropuerto era largo así que me acurruque en el asiento y miré hacia el frente, donde la vía se perdía en el horizonte.

-No recuerdo que fueras tan callada- Bromeó de repente.

Sonreí de medio lado, adormilada.

-Pues tengo sueño y realmente no se de que hablar en este momento- Respondí.

Se encogió de hombros.

-Pues, puede ser cualquier cosa. No creo que seas tan aburrida, no te recuerdo así...

Suspiré.

-Que gracioso que creas que soy la de antes, ha pasado mucho tiempo... he cambiado.

-¿Ah sí?- Enarcó una ceja.

Asentí con una sonrisa.

-Apuesto que todavía lo que más te gusta es dormir todo el día.

Lo miré extraño.

-¿A quién no?- Negué.- Deberás esforzarte más.

Sonrió maliciosamente y lo pensó un momento.

-Pues... apuesto que todavía duermes en ropa interior- Soltó.

Abrí los ojos como platos. ¿Quién diablos se cree?

Reí.

-No sé porque te vino eso a la mente...- Me sonrojé.

-¿No lo recuerdas? Aquella vez...- Comenzó a reír al ver mi rostro.- Como sea, mi memoria no es tan mala.

Baje el rostro tratando de esconderlo.

-Yo no recuerdo nada, no sé de que hablas.

Si sabía de lo que hablaba, que idiota.

-También se que todavía cuando estas nerviosa, tus manos se ponen frías.

Entonces tomó mi mano y efectivamente si estaba helada, la quite con rapidez. El hizo caso omiso y lanzó una carcajada.

-Eres un idiota- Me crucé de brazos.

-Las personas no cambian tan fácil...- Dijo y luego calló como si hubiese recordado algo.

-Me extraño que te ofrecieras a llevarme- Cambié de tema.- Pensé que tu novia se molestaría contigo...

Me miró con picardía.

Diablos.

-¿Mi novia?

Apreté la mandíbula y me reprendí por abrir la boca.

-Es decir...

-Sabes que es Valerie ¿no?- Recalcó casi como corrigiéndome.

Por alguna razón su nombre logro darme nauseas.

-Exactamente, tu novia- Continué. Era claro que estaban juntos desde entonces.- Supongo que no le agrado, pude notarlo el otro día.

Amigo de la Infancia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora