Capítulo 45. Valerie.

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"Los días junto a Ian llenaban mi mente de viejos recuerdos, cada día que pasaba era como estar de nuevo en el internado, ambos inseparables... con esa misma sensación, una ansiedad, tan solo esperando que alguno de los dos diera el primer paso..."

"...¿Por qué me gusta tanto? quizás es porque somos diferentes el uno del otro..."

"...Siento que estoy en la cuerda floja, siempre tambaleando, a veces parece que he encontrado el equilibrio, pero sé que en algún momento caeré y cuando lo haga, espero que estés ahi para atraparme.." 

"...Cuando estoy contigo, dejo de estar en guerra, por un momento me encuentro a mi misma ¿Es esto paz lo que siento?.."

Deje las cartas sobre el escritorio y me alejé aturtido.

¿Cómo no vi esto antes? 

Respiré hondo, y me deje caer sobre la cama con los puños apretados. Negando... pidiendo que fuera mentira, porque de ser así entonces sería más fácil olvidarla... 

¿Qué sentido tenia? 

Ya todo estaba hecho, esto no cambiaba nada...

Valerie 

-Si mamá...- Volqué los ojos.- Prometo que no perderé el vuelo. No, no me quedaré... me di cuenta que realmente no tengo porque hacerlo. Si... nos vemos mañana.

Finalmente colgó y fue cuando pude echarme en el sofá a terminar el bote de helado de chocolate que comencé a comer 10 minutos atrás. 

Era inevitable para mi sentirme miserable, incluso después de todo. Hasta me sentía estúpida. Luego de haber arreglado las cosas con mi madre, no podía creer que mi vida sentimental me hiciera cambiar tan rapido de parecer. Odiaba que se tratara del centro de atención, que todo girara en torno a eso. 

Odiaba que mi salud mental dependiera de cosas tan absurdas. 

¿Por qué me costaba tanto ser feliz?

Si, quería ser feliz. Y trataba de hacerlo por mi misma, de hacer cosas que me hicieran sentir bien... pero al final del día no podía hacerlo. Es como si terminara en el mismo lugar que empecé. No importaba cuanto me esforzara, siempre mi frustrado amor se encargaba de derrumbar lo poco que habia logrado construir. 

Y estaba harta debía admitir, de no saber qué rayos sucedía conmigo. De vivir con la eterna duda de si realmente me estaba perdiendo de algo... algo que todavía no lograba ver. 

Estaba muy deprimida como para darle vueltas al asunto, asi que opté por solo sumirme en el abismo de la confusión. 

La puerta sonó sacandome de mis pensamientos, solté un suspiro frustrado.

-¿Es en serio?- Me queje al unísono.

Me crucé de brazos y decidí no abrir, solo encendí la Tv. Se proyectaba uno de esos reality shows de personas queriendo adelgazar. Suspiré y me resigné. De nuevo la puerta sonó pero hice caso omiso. 

De un momento a otro la puerta se abrió como si nada seguido de un tintineo de llaves, me volví en guardia, lista para pegarle al ladrón en la cabeza con el control remoto. Pero entonces apareció Jason alzando las manos tratando de no perder el equilibrio, tenia una muleta en su brazo izquierdo y las llaves en su mano derecha. 

-¡¿Qué haces aquí?!- Solté agitada.- Me diste un susto.

-Lo siento- Soltó con esa sonrisa sensual.- No era mi intención... estuve un tiempo esperando afuera pero no abriste, asi que...

Amigo de la Infancia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora