-Ian, despierta- Dije con nerviosismo.
Se revolvió colocándose la almohada encima del rostro.
-No seas pesada...- Gruñó.
-Es importante- Le quité la almohada.- ¿Qué ocurrió anoche?
Suspiró con frustración.
-Ian...- Lo sacudí, abrió los ojos y me miró con molestia pero no me importó. Tenía que saber.
Se reincorporó y se rascó la cabeza. Fue inevitable para mí echarle una mirada a su escultural cuerpo.
-Ayer hiciste un horrible desastre- Se quejó.
Suspiré, pero aun no me sentía para nada aliviada.
-¿Desastre?- Solté confusa y agité el rostro.- ¿Por qué amanecí sin ropa? Es decir... solo tenía tu camisa.
Me miró con seriedad y soltó una risita sin separar los labios.
-¿Eso es un problema?
Pasé saliva.
-Es que, me hubiese gustado al menos recordarlo...
-¿Recordar qué, exactamente?- Tomó un mechón de mi cabello.
Me crucé de brazos, estaba jugando conmigo.
-Pues si tú y yo...- Se me trabó la lengua, pero respiré hondo para decirlo de una buena vez.- ¿Acaso tú y yo dormimos juntos?
-Llevamos dos noches durmiendo juntos pequeña- Sonrió con esa mirada.
Volqué los ojos y me levanté.
-Olvídalo.
Suspiró.
-¿Crees que me acostaría contigo viendo como llegaste anoche?- Se sintió insultado.- ¿Me crees esa clase de chico?
-No...- Bajé la mirada ahora con culpabilidad.
-Te desmayaste en la puerta y luego vomitaste... sobre mi- Me fulminó con la mirada.-No me quedó más opción que meternos a ambos bajo la regadera.
Lo miré con vergüenza y algo de arrepentimiento.
-Lo siento...
-Nunca me aprovecharía de ti- Seguía con el mismo tono molesto.
-Lo sé- Me acerqué a él y lo tome de las manos.- No es por eso que yo...
Y me quedé sin palabras, quizás fuese mejor no decir nada para no arruinarlo más.
Me miró con cansancio y solo me desordeno el cabello. Se inclinó a darme un beso en la frente.
-Por cierto- Me miró con malicia.- Me gusta el lunar que tienes en el pecho derecho, cerca de...
Abrí los ojos como platos.
-¡Qué rayos! ¿Acaso tu...?- Me lleve instintivamente la mano hacia el lugar en cuestión.
Comenzó a reír.
-No pude evitar mirar- Se encogió de hombros.
-Que caballeroso de tu parte...-Gruñí y me di la vuelta para colocarme algo de ropa decente.
-Agradece que estuve cuidándote toda la noche- Seguía sin borrar la sonrisa.
-No me harás sentir culpable.
Me coloqué lo primero que encontré y me volví hacia él.
-Vístete, iremos a comer- Solté.- Hoy es el gran día.
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Amigo de la Infancia 2
RomanceLa historia se repite. Anna tenía una amigo, volvieron a encontrarse, se enamoraron tan rápido que se veía que estaban destinados a estar juntos... Pero existió una pequeña diferencia, ella decidió irse, dejar todo atrás... Empezar de cero. ¿Pero q...