Capítulo 16. Volverte a ver.

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-Quisiera verte- Dije jugando con los hilos que salían de la almohada.- Hablar contigo, estar contigo y...

-Yo quisiera besarte en este momento-Se le escuchó frustrado.

El rubor subió a mis mejillas.

-Y quisiera tocarte...

-Jason...-Reí.

-Es la verdad nena.- Río a carcajadas.- No puedo contenerme.

Me mordí el labio.

-Yo tampoco podría- Dije dejando escapar las palabras sin previo aviso.

Me sonrojé.

-¿Qué no podrías...?- Pude sentir como quería molestarme.

-No lo volveré a repetir- Gruñí.

El río a carcajadas.

...

-¿Qué estaba pasando?, ¿Porqué yo...?

...

Llevo su mano a mi mejilla y la acarició suavemente, sonrío.

-¿Recuerdas esa conversación que tuvimos sobre tocarnos?- Dijo burlón.

-Si...-Dije con dificultad.- ¿Por qué?

-Quisiera hacerlo...

No pude responder, fue como si las palabras se hubieran quedado atrapadas en mi garganta.

Miró mis labios y se acercó lentamente, cerré los ojos en su espera pero se detuvo, los abrí nuevamente confundida y sonrío para luego chocar sus labios con los míos.

Mis manos se dirigieron a su espalda e iban subiendo hasta sus hombros. Sentía todo su peso sobre mí, había que admitir que su cercanía era excitante.

Bajo su mano hacia mi muslo y lo acarició con gentileza; mis manos se colocaron a los lados de sus mejillas y profundicé el beso. Sentí que subió y deslizo sus dedos por debajo de mi blusa, mi piel se puso alerta ante cualquier sensación.

Sus besos eran como una droga para mí, tanto que no podía imaginar tenerlo lejos de nuevo.

Continuó subiendo y cuando estaba a punto de tocar mi pecho se detuvo de golpe.

Lo mire confundida.- ¿Qué ocurre?- Dije recuperando el aliento.

Me miró fijamente y duro unos segundos en responder.

-Anna... Prométeme que siempre serás honesta conmigo- Susurró.

Fruncí el ceño y rápidamente recordé a Bryan.

-¿Es por él...?- Dije perpleja.

-Solo promételo...- Interrumpió.

Negué con la cabeza y coloqué mis manos en su rostro.- Jason... te quiero solo a ti- Me miró durante unos segundos.- ¿De acuerdo?

Asintió y se abalanzó sobre mí esta vez con más energía. El sonido de nuestros labios se escuchaba por toda la habitación.

Empezó a descender por mi cuello y se detuvo.- Eres mía- Susurró a mi oído.

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¡Por qué rayos estaba recordando eso! ¿Acaso era idiota? Ahora Ian pensaría que no quería hacerlo con él. Justamente en ese momento, cuando más lo deseaba, cuando extrañaba su rocé y su olor embriagador tenían que salir a la luz esos estúpidos recuerdos.

Amigo de la Infancia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora