Desperté en el piso de la sala de estar entre un montón de latas de cerveza, me levanté con lentitud y un horrible dolor de cabeza y espalda. Vi entre la ventana y era de día, debían ser pasadas las 12.
Suspiré y fui al baño a lavarme el rostro, todo mi maquillaje estaba corrido quizá por todo lo que había llorado.
Patético.
No tenía remedio, así que termine dándome un baño para así finalmente despertar y luego llenar mi estómago de carbohidratos. Ya nada importaba, ni siquiera la estúpida figura que debía mantener para la agencia.
Observé mi teléfono con pesar y no encontré ni una llamada de Jason.
Ahora me reprendía por haber sido dura con él, de haberle dicho que no apareciera en mi vida. Sentía culpa de haberme sentido así. Pero en ese momento me había hecho sentir tan mal... tan diminuta, que termine explotando.
Sentía que todo a mí alrededor iba mal. No solo era Jason, una de las personas que realmente había amado a lo largo de estos años; era mi no tan buena relación con mi madre, la existencia nula de mi padre y la promiscua vida de soltera que tenia. Lo único bueno es que era bonita y no me iba mal en el trabajo.
¿De qué servía ser una modelo de catálogos en ascenso, si siempre me sentía miserable?
Estaba a punto de sumirme en mis habituales estados de depresión cuando mi teléfono sonó, lo tomé con desesperación pero quise lanzarlo por la ventana cuando note que se trataba de Sally, mi agente.
-¿Dónde estás?- Su voz sonó nerviosa.- Estamos esperándote para la sesión de trajes de invierno, tenias que estar aquí hace dos horas.
-Sally, cariño...- Mire a los lados para ganar tiempo.- Lamento no haber avisado, pero no podré ir.
-¡¿Qué?!
Gritó alarmada, tanto que mi cabeza comenzó a palpitar.
-No puedes faltar, no otra vez. Ya sabes cómo se pondrá la agencia respecto a esto...
Suspiré.
-Ahora no es un buen momento Sally, iré a visitar a mi madre...- Mentí.
-¿Qué tu qué?- Ahora sonó confundida.- Si ustedes no se llevan bien.
Volqué los ojos.
-Si pues, pronto será navidad, es hora de que la familia esté unida.
-No lo entiendo Valerie...
Suspiré frustrada.
-Hablaremos luego Sally- Corté antes de que pudiera replicar.
No tenía ganas de posar ante la cámara fingiendo una sonrisa que ya era lo suficientemente falsa y, usando un horrible abrigo de invierno con el que casi podía estar de pie de lo gigante que era. Y además me causaba alergias.
Hoy solo quería pasar el día comiendo y lamentándome de mi mala suerte en el amor, y en lo mal que estaba mi vida actualmente. ¿Buscar ayuda? No gracias, la única persona con la que contaba ya la había mandado al... a desaparecer. Y mi madre... simplemente prefería dejar lo así.
Oh por Dios... no tengo a nadie.
Me deslicé hacia el sofá y me acurruqué en uno de los cojines dejando que mis ojos se aguaran para así sentir, o quizá permitirme sentir, pena por mí misma. Estaba bien, tenía derecho a sentirme así a pesar de que lo cuestionara. La verdad es que podría tener una vida mejor, o al menos hacerla un poco más llevadera. ¿Pero cómo?
ESTÁS LEYENDO
Amigo de la Infancia 2
RomanceLa historia se repite. Anna tenía una amigo, volvieron a encontrarse, se enamoraron tan rápido que se veía que estaban destinados a estar juntos... Pero existió una pequeña diferencia, ella decidió irse, dejar todo atrás... Empezar de cero. ¿Pero q...