CAPÍTULO 6

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Entramos en la juguetería y Thomas fue corriendo a la parte de los videojuegos.

Lo seguí a paso lento sin quitarle el ojo. Puede armar una muy gorda si se le pierde de vista.

Cogió tres cajas verdes.

– ¿Cual crees que es mejor? – preguntó mostrándome las cajas.

– No se. Quizás... – me fije en la portada de cada uno – Este...

Cogí una caja rosa que tenía al lado. Él se puso serio.

Me reí.

– Vale, vale – volví a mirar las cajitas verdes – Creo que este es mejor – señalé a la que tenía de portada varios coches de carreras.

– ¡Vale!

Dejó los juegos restantes en su sitio y nos dirigimos a la caja para pagar. Pero antes nos tuvimos que parar en otra sección porque mi estupendo sobrino quería mirar más.

Solté un suspiro.

Saqué el móvil y miré haber si tenía algún mensaje. Y así fue.

EMMA– Como le compres un videojuego más a mi hijo te cortaré la cabeza con las tijeras de las uñas.

LENA– Son tan bonitas las cosas que me dices... Escribiría un libro y todo.

No os asustéis. Es así siempre.

De repente oí unos pasos pasando por mi lado pero no había nadie. Enseguida la sensación de que alguien nos estaba vigilando me invadió. El pasillo estaba desierto. Volví la vista hasta mi sobrino. Lo malo es que ya no estaba ahí. Fui a mirar en el pasillo de al lado y en el siguiente pero no lo vi. El corazón me empezó a ir más deprisa de lo normal... Me di la vuelta. Entonces vi a un chico agachado al lado de Thomas mirando juegos de mesa.

Me acerqué a él. Le cogí de los hombros y tiré de ellos hacia atrás. Como consecuencia hice que cayera de culo.

– ¡¿Tu eres tonto?! – le dije – Oh, espera, ¿para que pregunto? si ya se la respuesta – añadí rápidamente.

– Yo también te quiero – dijo con ironía.

Se levantó y se sacudió la camiseta que llevaba.

– Me has asustado — puse una mano en mi pecho intentando que mi corazón volviera a su sitio.

– Ese era el plan.

Dani se encogió de hombros mientras soltaba una carcajada.

– Oye. No hacía falta que vinieras. Está todo controlado – hablé.

– Claro... Si para ti "está controlado" es perder de vista a un crío de 4 años me parece justo – le pegué en el brazo y el rió – Anda Thomas, coge algo más.

El niño sonrió de oreja a oreja y fue a buscar juguetes.

– Entonces... Si no estás aquí para controlarlnos... ¿Qué pasa? – su semblante cambió radicalmente.

– Solo quería hablar contigo.

– ¿Estás bien? – le puse una mano en el hombro – ¡¿No estarás embarazado?! – intenté bromear pero creo que no sirvió de nada. Como respuesta me asesinó con la mirada.

Thomas se fue otro pasillo y nosotros lo seguimos de cerca.

– Mira... Me han ofrecido trabajo... – sonreí.

– ¡Qué bien! – él negó y mi gesto cambió completamente – ¿Y eso? ¿Te pagan poco?

– No... – contestó – Pagan genial pero el problema es otro... – hizo una pausa larga – Tengo que irme a Los Ángeles.

♥️

Siguiente capítulo, domingo😉❤️

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