Este capítulo va dedicado a ti. A esa persona que lleva conmigo desde el principio, a esa persona que lleva siguiendo esta historia desde que todo empezó y a aquella otra que acaba de llegar. Gracias por estar ahí.
♥️
LENA
– Mamá – dijo Val sobre mi cuello.
Estaba sentada en una tumbona en cubierta con ella encima mío. Las nubes habían desaparecido y ahora el sol lucía en el cielo. Se acercaba vacilante al horizonte para esconderse por la noche y volver a salir por la mañana.
No me había separado ni un minuto de mi hija desde lo ocurrido hace una hora. Aún me dolía el brazo por el esfuerzo que había soportado. Sentía el músculo hecho papilla. Mañana seguro que tendría agujetas.
Nick se había ido hacía media hora a hablar con los de seguridad. Supondría que le dirían algo sobre que harían con esos enfermos mentales cuando llegásemos a la península. Como este era nuestro último día, en cualquier momento podríamos avistar tierra firme.
– Dime, cariño.
– ¿Cuánto falta para llegar a casa? – preguntó mientras le enrollaba un mechón de su pelo en el dedo índice haciéndole bucles.
– Poco. Hoy podrás dormir por fin en tu cama – le sonreí pero ella frunció el ceño.
Se separó de mi apoyando una de sus pequeñas manos en mi hombro izquierdo.
– ¿Por qué esas personas te querían hacer daño?
La pregunta me dejó helada. No me la esperaba. Intenté relajarme y responder lo más tranquila posible y sin que la voz me temblara.
– La humanidad es cruel, Valeria – hice una pausa – Las personas se guardan cosas que no son sanas, y la única forma de curarse es haciendo sufrir a los demás. Pero no es así, cielo. Ellos creían que si me hacían daño se sentirían mejor pero no lo pensaron bien. Lo único que estaban haciendo era destruirse así mismos – ella me miraba confundida.
– ¿Cómo cuando Plancton intenta robar la receta secreta de la Burguer Cangreburguer para ser mejor que el Crustaceo Crujiente?
La pregunta me hizo reír.
– Sí – respondí – Algo así.
Unos minutos más tarde Nick llegó hasta nuestra altura. Su expresión no decía nada. Tenía las cejas casi juntas y los labios formando una perfecta línea recta. Se sentó en la tumbona que tenía justo delante. Estaba lo suficientemente cerca para que nuestras rodillas se tocara. Acarició la mejilla de Val y sonrió al mismo tiempo. El rostro se le relajó.
– Te quiero mucho, Valeria. Lo sabías ¿no? – dijo dulcemente y ella asintió feliz.
– Yo también, papi – se bajó de mi regazo y abrazó a Nick durante un largo rato – Voy a jugar con Thomas – dijo tras despegarse de su padre.
Luego, salió corriendo hacia donde estaban todos los demás, al borde de cubierta a unos cuantos metros de nosotros. La seguí con la mirada hasta que se juntó con ellos.
– No sé como agradecértelo – él enarcó una ceja para que explicara por qué lo decía. Puse los ojos en blanco – Nick, me has salvado la vida.
Me pasé las manos por la cara y seguido por el pelo dejándolas ahí. En mi cabeza se repetía una y otra vez mi imagen cayendo al agua y siendo arrastrada por las turbinas del barco para después ser descuartizada por ellas. Necesitaba algo que hacer para no acordarme de ello.
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Mi Mejor Error #MME2
Novela JuvenilSegunda parte de la trilogía MME A veces, un pequeño fallo te causa un gran problema y otras veces el problema no llega a existir. Desgraciadamente ese no va a ser el caso de Lena. Ella ha formado una familia con la persona a la que más ama en el mu...