CAPÍTULO 25

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Y así fue. A la mañana siguiente desembarcamos en un puerto y una hora más tarde estábamos en el centro de Roma. Lo primero que visitamos fue la Plaza Venecia y la Torre de Pisa, como no. A Alba se le ocurrió la brillante idea de hacer una foto en pirámide. Los tres chicos abajo y Emma y yo arriba con los niños en la espalda. La rubia sacó la foto muy contenta. Disfrutaba viéndonos sufrir porque además, hacía un calor insoportable que no te dejaba respirar.

Comimos y paseamos por la calles de la ciudad. Nos perdimos, era de esperar, pero el Italiano no era difícil de entender. Y por último, visitamos el Coliseo.

– ¿Dónde están los leones? – preguntó Thomas mirando el centro del lugar.

– Se fueron, Thom – respondió Alba – Ahora andan sueltos por la ciudad.

La cara del niño lo expresó todo.

– No le asustes, Alba – le dijo Dani acercándose a ella y pasándole un brazo por los hombros – No están sueltos por Roma. Están aquí. Si queréis, podemos ir a buscarlos.

– ¡Sí! – gritaron ambos niños a la vez.

– ¿Puedo, mami? – me preguntó Val girando la cabeza para poder verme.

– Claro, pero no te separes de ellos, ¿de acuerdo? – asintió y se fue junto a Alba y Dani saltando. Thomas le siguió.

– Mientras tanto, Lucas me va a sacar unas fotos – Emma se nos acercó y sacó su móvil – ¿A que sí, cariño?

– Como quieras. Pero si se te muere el móvil por exceso de fotos no vas a usar el mío – ella puso los ojos en blanco y acto seguido caminaron hasta un punto del coliseo perfecto para una buena sesión fotográfica.

Me giré hacia Nick y el elevó la vista para mirarme directamente a los ojos.

– ¿Qué te pasa? – pregunto con una voz suave. Quise reírme.

– ¿Por qué lo preguntas? – fruncí los labios reprimiendo una sonrisa.

– Sé cuando disfrutas de las cosas de verdad y cuando las disfrutas pero con una preocupación encima – se acercó a mi y me pasó las manos por la cintura pegándome a él.

Pensé unos segundos lo que iba a decir a continuación.

– Me encontré a Anne en el barco. De hecho, vino de vacaciones a la vez que nosotros – su expresión no cambió mucho. Creo que algo así se lo esperaba – Ya no sé que pensar, Nick. Intento irme un poco de todo y aparece ella. Es demasiada coincidencia.

– No dejes que eso te afecte. Por lo que entiendo solo te la has cruzado una vez. No es mala persona, seguro y no creo que te esté siguiendo. Es época de vacaciones, hace buen tiempo y la gente se toma unos días de relax – puede que tuviera razón, pero me enervaba que a donde fuera yo estuviera ella – Te la has encontrado como te hubieras encontrado, no sé, a Brad Pitt.

– Sí, pero por lo menos Brad Pitt es guapo – dije irónicamente.

– No te quedes solo con eso. Olvídala. Como si no la conocieras. Un hola y hasta luego si hace falta.

– Es más fácil decirlo que hacerlo – me encogí de hombros – Pero supongo que no me queda otra opción. Igual lo estoy exagerando todo un poco.

– ¿Solo un poco? – enarcó una ceja y le asesiné con la mirada. El soltó una carcajada – Créeme, todo está bien. No te digo que la ignores, solo deja de preocuparte por encontrártela. Lo empeorarás – le sonreí. Tenía toda la razón – Mira, estamos en Roma. No es lugar para pensar en la profesora de tu hija y en por qué te la sueles encontrar.

– Está bien – le abracé y por instinto miré a mi frente. Anne estaba sacando una foto a todo el coliseo, a unos 5 metros de nosotros – Está ahí detrás – susurré – Dios, parece un grano en el...

No me dejó terminar la frase. Se separó un poco de mi y me besó. Cerré los ojos y disfruté del momento.

– Te he dicho que no pienses en eso – dijo separándose unos milímetros de mi.

– Vale. Pero sigue – sonrió de oreja a oreja y volvió a besarme tan dulcemente como él solo sabía hacerlo.

♥️

¡Feliz Domingo!🤗

Mi Mejor Error #MME2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora