Al día siguiente levanté a los niños pronto para que no llegaran tarde al colegio.
– Chicos. ¿No os gustaría cambiar de clase?
– No. La profesora es genial – contestó Val.
¿Enserio, hija mía?
– ¿Por qué preguntas? – habló Thomas mientras comía una galleta.
– Por curiosidad – dije quitándole importancia – Daos prisa o llegaréis tarde.
Los dejé en el colegió cuando me topé con su profesora. Me sonrió y yo a ella, forzadamente.
Fui al trabajo pero no para de pensar en la misteriosa caja. Era escalofriante y lo peor es que no tenía ni idea de quien podría haber sido. Enseguida pensé en Clara e Iván, pero era imposible... Todavía seguían en la cárcel.
No sabía si decírselo a Nick. Podía haber sido una broma de Lucas o Alba ya que todos tienen llave... Pero si no lo hizo ninguno de ellos debía de empezar a preocuparme.
Tras pensarlo mucho decidí no contar nada, al menos que pasase algo parecido.
Salí de mi despacho a la calle a tomar un poco de aire cuando mi móvil sonó.
– Tía, tía – dijo Alba nada más coger la llamada – Necesito ayuda.
– ¿Qué pasa? – hice una pausa – No me digas que se te ha muerto el pez, otra vez. Te dije que había que darle de comer, que no se alimentaban con el agua.
– No es eso, graciosa – reí.
– Entonces... – me apoyé en la pared del edificio donde trabaja mientras veía a la gente pasar.
– Tengo una cita.
– ¡Oh Dios! – salté – ¿Con quién?
– No te lo diré. Eres una bocachancla y no quiero que se entere medio Madrid.
Rodé los ojos.
– Tampoco se iba a enterar medio Madrid... Solo un cuarto – negué.
– Ah bueno... Ya me quedo más tranquila – dijo con ironía – Lo que pasa es que necesito ayuda con el vestuario... No sé que ponerme.
– Alba... Te recuerdo que tu armario es igual de grande que mi habitación.
– Aún así... ¿Podrías pasarte hoy por mi casa?
– Si claro. En cuanto salga voy para allá – respondí mirando el reloj.
– Genial. Gracias, amiga. Te quiero – colgó.
Una vez que acabé de trabajar pasé a por los niños. Les di la comida y les dejé haciendo los deberes con Nick mientras yo limpiaba.
– Haber, papá – dijo Val – ¿2+2?
– 7 – contestó él y enseguida rió.
– ¿Enserio? Pensé que eran 4... – contestó Thomas.
– Y lo son, chicos – hablé rápidamente y Nick me atravesó con la mirada – ¿Qué? ¿Acaso quieres que suspendan?
– No. Pero era para que se dieran cuenta del error – puse los ojos en blanco.
– ¿Y 3-2? – preguntó Thomas mordiendo el lápiz.
– 13 – volvió a contestar y ambos niños le miraron.
– Está bien.
– No, no – fui hacia él rápido y les paré antes de que escribieran – Vete a ver la tele – señalé el salón.
– No hay nada interesante ahora – Nick encogió de hombros – Esto es más divertido.
– Por algo suspendías matemáticas – le dije mirándole fijamente.
– Eh, eh. Suspendía porque me pasaba las clases durmiendo – hizo una pausa – No porque fuera tonto.
– No eres tonto, papá – intervino Val.
– Oh, si que lo es – dije por lo bajo pero pareció oírme.
– ¿Qué? Repítelo – se levantó y se acercó a mi.
Enseguida me fui de ahí rápido. Entré en la cocina y me puse al otro lado de la isla.
– No, Nick, déjame – le advertí – O no te hago la cena.
– Se cocinar igual – elevó las cejas.
– Pero mal – respondí y me volvió a asesinar con la mirada mientras sonreía.
Vaciló en correr por un lado pero lo hizo por el contrario. Intenté escapar pero no pude. Me agarró por el brazo volteándome y pegándome lo más posible a él.
– ¿Y ahora qué? – dijo casi sobre mis labios.
Sonreí y le besé.
♥️
Perdonadme por no publicar el viernes. Como recompensa publicaré hoy 3 capítulos. Estad atentos😉🖤
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Mi Mejor Error #MME2
Teen FictionSegunda parte de la trilogía MME A veces, un pequeño fallo te causa un gran problema y otras veces el problema no llega a existir. Desgraciadamente ese no va a ser el caso de Lena. Ella ha formado una familia con la persona a la que más ama en el mu...