Salí de la superficie por falta de aire. Me quité el agua de los ojos y los abrí. Emma seguía de pie, agarrando a Val y a Thom y mirándome mal.
Tras unos segundos, sonrió y habló.
– Voy a esperar a llegar a tierra firme. Así, podré asesinarte tranquilamente y poder escapar sin que la policía me pille – soltó a los niños y Val suspiró.
– Yo soy policía – intervino Nick elevando las manos.
– Eso no importa. Escapar de ti es fácil – la chica se encogió de hombros y él rodó los ojos.
– Buena suerte con mi caza, amiga – le contesté y enseguida pensé en cuantas personas habrían dicho esa frase en su vida – España es grande.
– El mundo es grande – añadió Alba.
– El universo es grande – le siguió Dani.
– ¿Os digo yo lo que es grande? – habló Lucas con las cejas elevadas y todos le miramos sobresaltados.
– ¿El qué papi? – preguntó Thomas y dirigí rápidamente mi mirada hacia él.
– No quieras saberlo – le dijo Dani hundiendo su cuerpo en el agua hasta el cuello.
– ¿Por qué? No es malo... – hizo una pequeña pausa mientras nos miraba uno a uno – Es mi cerebro.
– No solo eso tienes grande – habló Emma siguiendo el juego. Sonrió pícaramente y él le guiñó un ojo.
– Os recuerdo que hay niños delante – avisó Dani el cual tenía los ojos cerrados y la cabeza mirando al cielo.
– Si no se enteran de lo que hablamos. ¿A que no Val? – Emma miró a mi hija.
– ¿El qué? – Valeria la miró desconcertada. Parecía que llevaba todo el tiempo pensando en el nuevo capítulo de My Little Pony que iba a ver en mi móvil esta noche.
Luego, la chica miró a Thomas.
– ¿De qué estamos hablando, mi amor?
– ¿De cerebros? – al no recibir respuesta continuó – Ah, ya sé. ¡De zombies!
– Lo veis – se encogió de hombros – Una ventaja de tener hijos.
– Sí, ya verás cuando crezcan – le dijo Lucas peinándose el pelo hacia atrás.
– Val. Tu no vas a crecer... ¿a que no?
– No, mami – respondió. Saltó al agua y la cogí en brazos – Problema solucionado.
***
Último día de viaje. El sol salió por la mañana pero pareció no querer funcionar hoy y las nubes lo ocultaron para que se tomara una siesta... O mas bien, durmiera todo el día.
Era mediodía y comenzó a llover levemente. A veces paraba, luego seguía. Una pena, porque hacía calor.
Aquí queda demostrado que la suerte no está de nuestro lado.
Estábamos en cubierta pero bajo techo sentados en una mesa y jugando al Uno.
– Ya lo sé.
– Milagro... Lucas sabe algo – el chico me miró mal y seguido habló.
– Llueve para Emma – esta, la cual se limaba las uñas, paró y dirigió sus ojos hacia él – Como quería agua y no se bañó pues ahora el cielo quiere que se moje...
– ¿Pero que narices dices, Lucas? – le dijo su prometida con el ceño fruncido – Creo que pasas demasiado tiempo con Val.
– Si ella estuviera aquí me daría la razón, y Thomas igual – le respondió orgulloso.
Thom y Val estaban en una sala de juegos con demás niños y dos cuidadoras que parecían agradables y responsables.
Nos turnábamos para ir a verlos cada poco.
Cualquiera diría: "eres demasiado sobre protectora. No les va a pasar nada". Me da igual. No soporto alejarme de mi hija ni 3 segundos. De este modo, sé que están bien y evito preocupaciones.
Hacía ya casi media hora que había venido Emma de verlos y ahora me tocaba a mi.
Bebí lo que me quedaba de refresco y me levanté.
– ¿Te acompaño? – preguntó Nick con las cejas elevadas.
– Sé el camino, cariño – me dirigí hacia él y le sonreí – Pero si quieres...
Se encogió de hombros y se levantó. Me cogió de la mano y me besó la frente.
Comenzamos a andar hacia la sala infantil que se encontraba al otro lado del barco. Íbamos por el lateral de cubierta y veíamos como algunas personas se arriesgaban a apoyarse en el lateral del barco para tomar la foto perfecta de sus vacaciones.
Otras paseaban, como nosotros, y disfrutaban de sus últimas horas de viaje.
Intercambiamos pocas palabras hasta llegar a nuestro destino.
– Oye, Nick – dije frenándole antes de entrar. Él paró y se giró para quedar frente a frente – Necesito contarte algo.
Él estuvo unos segundos mirándome fijamente a los ojos.
– Está bien. Adelante – habló a la vez que me ponía un mechón de pelo detrás de la oreja.
– Vale – cogí aire – No sé como vas a reaccionar pero...
Como un ruido que corta el aire, el móvil de Nick sonó.
– Perdona – lo sacó de su bolsillo y lo miró. Puso los ojos en blanco – Dios. Es del trabajo. Ya tardaban en llamar – se rascó la frente – Seguro que saben que llego está noche y ya tienen trabajo para mi.
– No importa – le sonreí – Cógelo. Lo mío puede esperar.
El asintió y me besó en los labios. Se alejó unos metros para poder hablar tranquilo y yo me giré para mirar por la cristalera que daba a la sala.
Como dije, las dos cuidadoras estaban en el centro de un círculo formado por los niños. Parecía que les estaban explicando un juego.
Todos estaban felices y reían. Los miré a todos y algo en mi cambió. Un clic se activó en mi interior y todo se volvió negro.
Valeria y Thomas no estaban.
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Mi Mejor Error #MME2
Novela JuvenilSegunda parte de la trilogía MME A veces, un pequeño fallo te causa un gran problema y otras veces el problema no llega a existir. Desgraciadamente ese no va a ser el caso de Lena. Ella ha formado una familia con la persona a la que más ama en el mu...