Ya hemos pasado la primera noche en nuestro apartamento sin que pasara nada raro. Me alivié por ello.
Ahora estaba esperando a Val en la puerta del colegio, junto con Emma.
La chica no paró de sonreír y cada vez que se acuerda de que se va a casar le entran ganas de llorar de la ilusión.
– Ya te había dicho que no tenías nada de que preocuparte – dije cruzándome de brazos – ¿Qué Lucas te estaba poniendo los cuernos? Por dios. Lo único que te estaba poniendo eran los diamantes a tu precioso anillo.
Le cogí la mano y le miré el dedo anular más detenidamente.
– Vale, pégame si quieres – dijo ella encogiéndose de hombros – Ahora ya todo me da igual – soltó una pequeña carcajada.
Fruncí los labios.
– ¿Puedo lamerlo? – pregunté bromeando y ella enseguida aparto su mano de la mía.
– Lo único que vas a lamer va a ser... – y antes de que terminara la frase la sirena del colegio se oyó y una avalancha de niños pequeños vestidos con los mismos colores salieron disparados hacia sus respectivos padres.
Me puse recta al lado de Emma y sin que lo viera venir, cogí su cara y le lamí la mejilla.
– Lena 1, Emma 0 – dije mientras ella me miraba con ganas de estrangularme.
Dos minutos más tarde, Val y Thomas llegaron a nuestra altura.
– Hola, mi vida – hablé mientras me agachaba a abrazar a mi hija. Miré a Emma la cual estaba entretenida con el niño – ¿Lo tienes? – le susurré y ella asintió.
Me dio un papel. Lo miré y fruncí el ceño.
Val me miró, después al papel y sonrió inocentemente.
– Eso no es – dijo cogiendo el papel y dándole la vuelta.
No le quité el ojo hasta pasados varios segundos preocupada por lo que hacia mi hija en clase.
Bajé la vista y esta vez sí, leí el nombre de la profesora de mi hija.
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Mi Mejor Error #MME2
Teen FictionSegunda parte de la trilogía MME A veces, un pequeño fallo te causa un gran problema y otras veces el problema no llega a existir. Desgraciadamente ese no va a ser el caso de Lena. Ella ha formado una familia con la persona a la que más ama en el mu...