– ¿Lo tenéis todo? – preguntó Lucas.
– No – contestó Dani – A Emma le falta el cerebro.
La cara sonriente de Emma desapareció por completo y la sustituyó por una de cansancio.
– Os lo digo con toda la tranquilidad del mundo – Lucas tapó las orejas de Thomas y yo las de Val – Parar ya sucios perros del infierno o os arrastraréis por el suelo como unas culebras sedientas de sangre a punto de morir.
– Pensé que iba a ser peor – Dani se encogió de hombros.
Destapé los oídos de Val.
– ¿Qué ha pasado? – preguntó girando la cabeza para mirarme.
– Nada mi amor. Solo es por vuestro bien – respondí y ella sonrió.
Menos mal que eran niños y no entendía mucho de lo que sucedía.
Un rato después, embarcamos. Cada uno se dirigió a su respectivos camarotes a depositar sus cosas. Acordamos subir a la piscina que había en la cubierta una vez que termináramos de instalarnos.
Como hacía buen tiempo, estaríamos por allí hasta la hora de cenar.
Ya han pasado casi dos meses de lo que nos había ocurrido. Llegué a dormir bien un par de días seguidos ya que los demás me los pasaba en alerta temiendo que otro extraño entrara en nuestro apartamento.
No hubo juicio. El hombre, de cuyo nombre no quiero acordarme, se negó a hablar y esperó a su abogado. Se encerraba en su mundo y no quería responder a sencillas preguntas como si estaba casado o por qué había hecho lo que nos hizo.
Debía ser muy bueno el abogado porque no se sacó nada de él. Permaneció un mes en la cárcel y pagó una fianza ajustada a lo que hizo.
Luego quedó libre y no se supo nada más de él hasta la fecha. Pero yo, seguí comiéndome la cabeza con los puñeteros por qués.
Entramos en nuestro camarote. Era pequeño pero lo suficientemente grande como para caber los tres.
Había una cama algo grande a un lado de la habitación y otra pequeña. Las paredes estaban pintadas de un azul claro y el suelo era de parqué oscuro. Había una mesilla con una lámpara de noche y en la pared de la derecha, una pequeña ventana.
– ¡Me pido la cama grande! – gritó mi hija y corrió hasta tirase en ella boca arriba.
Sus pequeñas trenzas quedaron a los lados de su cabeza y sus brazos rodearon el peluche del cerdito rosa.
– Esa es para nosotros – me crucé de brazos y enarqué una ceja.
– No. Es mía. Yo la he tocado primero – la pequeña se encogió de hombros – Vosotros dormiréis en esa – señaló la cama pequeña con el dedo índice.
– Ahí no cabemos – negó Nick.
– Me da igual – contestó y sonrió victoriosa.
– Es verdad – dije – Yo me quedo con la pequeña – mi giré para quedar frente a Nick – Tú duermes en el suelo.
Abrió la boca ofendido pero enseguida la cerró y respondió:
– Perfecto. Es mucho mejor que dormir a tu lado.
Esta vez la que me ofendí fui yo. Le puse la mano extendida justo delante de su cara.
– Háblale a ella, no a mi.
***
– Habéis tardado mucho – dijo Emma nada más vernos.
– A saber que estarían haciendo... – Dani dejó la frase en el aire.
– Con Val delante ¿no? – Nick rodó los ojos – Ridícula.
– Fea – le respondió.
– Anticuada.
– Mal vestida.
– Vieja – Dani se puso serio.
– Has herido mis sentimientos – fingió llorar – ¡Te odio!
– ¡Ya era hora!
– Vale, queridas – les interrumpió Alba poniéndose en medio de ambos – Ya tendréis tiempo de discutir. Pero prefiero y quiero tomar el sol a ver como os mancháis el nombre.
– ¿Tomar más el sol? – habló Emma – ¿Qué quieres parecer chocolate negro?
– No estaría mal – respondió pensativa.
Se hizo el silencio.
– ¡Quién llegue el último a la piscina es un pato!
Todos miramos a Lucas.
– ¿Por qué un pato? – pregunté.
– No sé. Me gustan los patos. Son... bellos.
– Como yo – Emma se pasó una mano por el pelo.
– No. Ellos son más guapos que tu. Deberías saberlo – Lucas le miró – Tu tienes la cara igual que el culo de un sapo – Emma pestañeó varias veces – Te miras todas las mañanas al espejo... ¿No te diste cuenta?
– Esperar... ¿Dónde está Thomas? – preguntó Alba y todos miramos a nuestro alrededor.
Elevé la vista y lo vi correr hacia la piscina.
– Ahí – le señalé y todos miraron en su dirección.
– ¡NO ME GUSTAN LOS PATOS! – gritó elevando los brazos.
♥️
¡Feliz día del libro a todos los lectores!😍📖
ESTÁS LEYENDO
Mi Mejor Error #MME2
Teen FictionSegunda parte de la trilogía MME A veces, un pequeño fallo te causa un gran problema y otras veces el problema no llega a existir. Desgraciadamente ese no va a ser el caso de Lena. Ella ha formado una familia con la persona a la que más ama en el mu...