CAPÍTULO 24

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Iba por los pasillos de la zona de camarotes hacia la cubierta para desayunar. Quedé la última por culpa de Nick. No me despertó él, sino el ruido de la puerta cerrarse.

Admito que tenía mucho sueño, estaba más cansada de lo normal y quería dormir pero también tenía hambre. Todo ese tiempo perdido me hizo retrasarme y llegar tarde al desayuno.

Mi móvil sonó y lo saqué del bolsillo. Entonces me choqué con alguien.

– Perdona – dije antes de levantar la mirada.

– No te preocupes, querida – dijo una voz y por desgracia, era conocida.

Elevé la vista y no se si fue la sorpresa u otra cosa pero algo en mi se revolvió.

– Oh Dios mío. Lena – dijo Anne y me abrazó fuerte.

Algo raro había en ella. Estaba muchísimo más delgada y se había aclarado el pelo. Era como si fuera una persona... diferente.

– Coincidimos demasiado – dijo separándose y riendo – No será que me estás siguiendo – soltó una carcajada y yo la seguí con una fingida.

– No, Anne. Creo que no – respondí soltando un suspiro. Creí que irme en aquel mismo momento sería descarado por mi parte y además tenía curiosidad así que seguí la conversación – ¿Qué tal? ¿Viniste sola?

Muy sutil Lena, muy sutil.

– Sí. Vengo a ver si veo algún pez interesante – sonrió pícara y elevó las cejas.

Sonreí yo también fingidamente. Menuda mujer...

– Pues haber si lo encuentras – dije como despedida y pasé por su lado.

– ¡Nos vemos! – gritó agudamente elevando un brazo.

Me voy de vacaciones para desconectar un poco de todo y va ella y aparece.

¿Qué te hice yo, karma?

Solo espero no volver a cruzármela y volver soportar esa voz de pito que tiene. El barco es grande, solo me queda rezar.

Salí a la cubierta y me acordé de la llamada. Miré el número. Era mi madre. La llamé de vuelta y al tercer pitido lo cogió.

– Hola, mamá. ¿Qué pasa? Que me...

– ¿Dónde estás? – dijo rápido interrumpiéndome.

Fruncí el ceño. Sabía que mi madre era una lanzada pero no pensé que lo fuera tanto.

– En un barco.

Enserio, Lena – habló con tono firme.

– Lo digo enserio. He venido de vacaciones a un crucero – hice una pausa pensando – Pensé que te lo había dicho.

Pues no. Pero ese no es el caso – llegué hasta la mesa donde estaban todos desayunando pero me quedé a unos cuantos metros para poder seguir hablando tranquilamente – La profesora de tu hija. ¿Dónde la viste la última vez?

Me despegué el móvil de la oreja y lo miré pensando que la conversación era fruto de mi imaginación pero la llamada seguía su curso.

– ¿Cómo sabes quién es? – un silencio se estableció en la línea – ¿Mamá? – rió, algo no muy común en ella.

Que crees... Que después de lo que te pasó a ti me iba a desentender de vuestra vida. Puede que no esté en Madrid, Lena, pero me entero de todo. Y no hagas preguntas por favor, es importante – lo que dijo me descolocó. No sé que tendría que ver la profesora de mi hija con ella. Además, estoy segura de que esa mujer no es capaz ni de matar una mosca – Contesta.

Pues aquí... Hace apenas 10 minutos – se oyó como soltó un suspiro.

Menos mal.

Entonces, ¿no me vas a explicar lo que pasa? – pregunté, ella negó con un rotundo no y sin esperar respuesta colgó.

Miré ofendida el móvil. ¿Por qué era así? ¿Acaso estaba participando en una película de intriga? Porque nadie paraba de sorprenderme.

Acorté la distancia que quedaba entre la mesa donde estaban los chicos y yo y me senté en una silla libre al lado de Val y de Dani.

– ¿Me he perdido algo? – pregunté nada más que mi trasero tocó la silla.

– Nada importante. Una conversación sobre si las sirenas existen – Nick se encogió de hombros – ¿Traes noticias? Se te vio preocupada.

Tardé en darme cuenta de que hablaba de la conversación telefónica con mi madre.

– Ah, eso – hice una corta pausa pensando en si iba a decir algo – Nada. Mi madre y sus misterios – rodé los ojos quitándole importancia.

– Dejemos los dramas de Lena. No son importantes – miré a Lucas ofendido – Quiero ir a la Torre de Pisa.

Íbamos a parar en Roma. Llegaremos por la mañana. El plan es pasar todo el día visitando lugares conocidos y luego, a ultima hora del día volver al barco.

– Haber si lo adivino. Por la pizza – intervino Alba con las cejas elevadas.

– Pizza hay en todos lados – respondió el chico.

– ¿Entonces?

– Es un monumento histórico – respondió – Todo el mundo ha ido. Todo el mundo tiene la foto legendaria sujetando la torre.

– No sigas las modas – Alba dio un sorbo a su zumo antes de proseguir – No seas como los demás.

– Explícate.

– Hazte la foto con la pierna detrás de la cabeza, por ejemplo.

– No tengo tanta elasticidad – le interrumpió mirándole fijamente.

– Déjame terminar – le advirtió – A lo que me refiero es que seas diferente. Cuando yo fui a ese sitio solo había gente enfocando con los móviles y cámaras de fotos a personas con posiciones ridículas, pero que luego en la foto quedaba bien. Era aburrido sabes – se cruzó de brazos apoyando la espalda en el respaldo – Y no critico a nadie que quiere aguantar imaginariamente la torre. Me parece perfecto. Pero me hubiera llamado más la atención alguien que se hubiera hecho la foto simplemente sonriendo. ¿No es así, Valeria Jones?

La niña la cual escuchaba atentamente sonrió de oreja a oreja.

– ¡Sé único, sé diferente, sé como Valeria Jones! – gritó emocionada.

– Es mi opinión – terminó de decir.

Eché un vistazo a la mesa y y vi como todos miraban a Alba fijamente y un poco pasmados.

– ¿Te ha sentado mal el sol o como? – habló Emma rompiendo el silencio. Nick reprimió una carcajada.

– ¿Por qué lo dices?

– Pues porque casi nos explicas aquí la Biblia entera – respondió – Ultimamente razonas mucho las cosas. Y no digo que no lleves razón... Pero es raro y a veces asustas.

– Es por lo que le hace Dani por las noches – habló Nick y el rubio enseguida reaccionó.

– ¿Por qué siempre te tienes que meter conmigo? – enarcó una ceja.

– Porque es fácil y divertido.

– Tiene razón – Dani abrió la boca ofendido y Lucas prosiguió – Entonces Alba, ¿qué propones?

La chica sonrió elevando las comisuras de los labios a más no poder y soltó una leve carcajada, haciendo que el gesto se volviera malvado.

Mi Mejor Error #MME2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora